lucena

La Sierra de Aras como despedida

  • La romería de subida pone el punto final a las Fiestas Aracelitanas en honor a la Patrona del Campo Andaluz

  • Miembros de la Guardia Civil se suman a la cuadrilla hasta el santuario

Un momento de la salida de la Virgen de Araceli antes del inicio de la romería de subida.

Un momento de la salida de la Virgen de Araceli antes del inicio de la romería de subida. / reportaje gráfico: rosa alcántara

Lucena se siente diferente cuando tiene a María Santísima de Araceli tan cerca. Sin embargo, ayer llegó el momento de la despedida cuando los motivos y colores que adornaban casas y balcones se retiraron con tristeza en señal de que las Fiestas Aracelitanas de este año han acabado. Y los lucentinos, una vez más, fueron fieles a su cita pese a que el día comenzó con leves precipitaciones. Familias y vecinos de Lucena y alrededores se reunieron en torno a las 09:00 en la puerta de la parroquia de San Mateo para despedir a su madre en un día, que a diferencia de años pasados, prometía una jornada de romería con cielos encapotados.

Tanto la romería de bajada como de subida suelen ser en Lucena citas calurosas y, a pesar de ello son miles los lucentinos que, a diferentes horas y partes del recorrido, deciden unirse a la fiesta y en la que participan más de una decena de carrozas. Sin duda, un día de convivencia entre los hermanos de la real archicofradía que finaliza con una comida en familia, al igual que fuera de la organización hacen muchas familias y amigos en la Sierra de Aras. Un recorrido que, pese a que en esta ocasión suena a despedida, se vive con la misma emoción que la bajada, hijos y padres cantan juntos y de camino al cielo solo se escucha: "¡Araceli, guapa, guapa y guapa!".

El 10 de junio llegó y la Virgen de Araceli aguardaba el momento en el que los santeros que habían de acompañarla de nuevo a su templo llegarán vestidos de blanco y verde a San Mateo. Ataviada para la ocasión en su trono de subida lucía un cuerpo brocado en seda con motivos florales y un manto de terciopelo verde en homenaje a la Guardia Civil que este año fueron los encargados de esta romería de subida. Además, María Santísima de Araceli llevaba un fajín de general en su cintura y, a sus pies, el tricornio de gala de la Guardia Civil.

Un total de 22 fueron los santeros, con José Antonio Montes como manijero, quienes llevaron sobre sus hombros a María Santísima de Araceli hasta su santuario en un itinerario parecido al realizado en la romería de bajada y que partió desde la parroquia de San Mateo, donde la patrona ha permanecido desde el 22 de abril, pasando por la calle Barahona de Soto, Antonio Eulate, Párroco Joaquín Jiménez Muriel y con la despedida final que se realiza desde Lucena en la Puerta de la Mina. Es desde este punto emblemático donde los fieles partieron por la carretera del santuario recorriendo seis kilómetros hasta llegar al templo alrededor del mediodía.

Las actividades programadas por la archicofradía en torno a la despedida comenzaron el sábado en la parroquia de San Mateo a las 20:30 cuando tuvo lugar la misa de despedida a María Santísima de Araceli, una actividad que congregó a sus fieles más religiosos en los bancos de la sede de la Virgen. La jornada del domingo comenzó al amanecer, en torno a las 07:00, con el cielo aún teñido de tonos oscuros que se fueron aclarando cuando la patrona de Lucena y del Campo Andaluz apareció por la puerta principal del templo. Anterior a este momento, tuvo lugar la misa de romeros que contó con la actuación del coro aracelitano La Buena Gente.

Atrás quedaron casi cincuenta días de celebraciones, fiestas y tradiciones, destinadas a todos los públicos, marcadas por la devoción de miles de lucentinos que acompañaron a la patrona de Lucena durante todos los eventos organizados por la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli que este año ha estado representada en la figura de las integrantes de la corte de honor compuesta por su Aracelitana Mayor, Araceli Ranchal, y las damas María Araceli Gómez, Pilar Gómez, Lourdes María Jurado, Almudena Martos, Araceli Ramírez y Silvia Trujillo.

La romería de bajada, la proclamación de las damas y el pregón ofrecido por José Millán González, la ofrenda de flores, las distintas funciones religiosas, la novena, la celebración de la Virgen en su día paseando por las calles de Lucena entre una lluvia de pétalos que finalizó con media hora de un espectáculo pirotécnico musical son algunos de los actos celebrados a lo largo de estos casi dos meses. A ellos se suman el tradicionalbesamanos a la Virgen, la presentación de los recién nacidos y los nuevos matrimonios contraídos en la localidad y la presencia de María Santísima de Araceli en cada una de las celebraciones de primera comunión celebradas en la parroquia. Un tiempo en el que el amor, el cariño, la devoción, el fervor y la alegría se hacen presentes entre los lucentinos que saben que tras esas imponentes puertas y esas vidrieras de colores se encuentra su tesoro más grande: la Virgen de Araceli.

Todo lo que ha ocurrido hasta llegar al 10 de junio cuando, como marca la tradición, el Altar del Cielo, Aracoeli-Araceli, regresa a su templo. Una fecha que suena a despedida pero que solo significa que María Santísima de Araceli vuelve a casa, en el pico más alto de Lucena donde guarda a sus fieles y con la promesa de volver a visitarnos en el próximo mayo. Ahora es el momento para volver a poner el calendario a cero y contar los días que faltan para las Fiestas Aracelitanas del año que viene.

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