Los Pedroches
  • Miles de personas acompañan a la patrona desde el santuario de la Jara hasta la parroquia de Santa Catalina en un domingo de temperatura primaveral

Pozoblanco vive con la Virgen de Luna la primera gran romería de Andalucía de la era post covid

La Virgen de Luna atraviesa la dehesa de Los Pedroches. La Virgen de Luna atraviesa la dehesa de Los Pedroches.

La Virgen de Luna atraviesa la dehesa de Los Pedroches. / Antonio J. Dueñas

La ilusión de volver a vivir con normalidad la romería de traída de la Virgen de Luna se ha dejado notar en los romeros de Pozoblanco, en el Norte de la provincia de Córdoba, desde los días previos al día grande. La celebración del ritual con todos los actos previos ha permitido vivir con intensidad la fiesta grande, cuando la patrona retoma el camino de vuelta hasta la parroquia de Santa Catalina a hombros de sus fieles devotos. El recorrido del tambor por las calles de Pozoblanco seguido por la chiquillería y la despedida del Carro de la Comida, acompañada por el Coro Romero Voces de la Sierra, fueron el preámbulo para un día perfecto en la dehesa de La Jara, donde este domingo se han vuelto a reunir miles de romeros en torno a su patrona.

La llamada a los hermanos de la Cofradía de La Virgen de Luna durante la madrugada del domingo de sexagésima ha sido el punto de partido de un día que amanecía despejado y unas temperaturas que hacían prever una jornada esplendorosa. Los hermanos partían a las 09:00 de la Casa de Hermandad hasta la casa del capitán, para tomar el camino del arroyo Hondo hasta el santuario de la Jara, donde la madre estaba esperando el día de encuentro con los pozoalbenses.

El respiro que ha dado la pandemia del covid-19 ha permitido que muchos romeros hayan decidido hacer el camino hacia el santuario a pie, con la tradicional parada en el Pozo la Legua, donde se les ofrecía un tentempié por gracia del Ayuntamiento pozoalbense.

La llegada de los hermanos al Santuario daba pie a todos los actos marianos de la Romería de Traída. Ya a esa hora decenas de fieles hacían cola a la entrada de la ermita para ver a la patrona, gracias a un dispositivo pensado para evitar aglomeraciones, con un itinerario claramente marcado que permitía la entrada por una puerta y la salida por un lateral del santuario.

Las tradiciones, con mascarilla, se han recuperado. Las tradiciones, con mascarilla, se han recuperado.

Las tradiciones, con mascarilla, se han recuperado. / Antonio J. Dueñas

El toque de la campana ha acompañado en todo momento, con miles de romeros que han querido volver a celebrar con las tradicionales viandas un día de campo con familiares y amigos. Las carrozas que partían tras los hermanos desde Pozoblanco han vuelto a ser las protagonistas de la romería, aunque en esta ocasión han sido 44 las registradas en el Ayuntamiento de Pozoblanco, por lo que se ha notado un descenso respecto a romerías anteriores a la pandemia.

La procesión de la Virgen de Luna por los alrededores del santuario, vestido con un manto azul como el cielo que lucía sobre la dehesa, ha precedido a la misa concelebrada por el capellán de la cofradía y párroco de Santa Catalina, José María González. Durante la eucaristía, la Cofradía de la Virgen de Luna ha impuesto sus tradicionales medallas a los cofrades que cumplen años de servicio. En esta ocasión, los cofrades Juan Bautista Rubio y Máximo Sánchez Aguado han recibido de manos del capitán la medalla al servicio de los 50 y 25 años, respectivamente. También ha sido el capitán, Juan García, quien ha colgado las medallas a los nuevos hermanos, Antonio Bajo Ruiz y Antonio Amor Gómez, que entran a formar parte de las filas de la cofradía.

Una de las novedades en esta romería ha sido el regalo a la patrona de una medalla de la NASA de parte del ingeniero Valeriano Claros, que formó parte de la misión del viaje a la luna del Apolo XI, desde la estación de Maspalomas (Gran Canaria) en 1969. La medalla ha sido realizada con fragmentos metálicos fundidos de materia aeroespacial y ahora lucirá en su manto la Virgen de Luna, en recuerdo de la estrecha relación de aquella misión con la patrona.

El capitán de la cofradía, Juan García, informaba de que no se había producido ningún altercado de interés en las vías de entrada y salida al santuario, gracias al operativo de seguridad conformado por más de cien personas, que han estado pendientes de que la romería trascurriera con normalidad. También ha querido agradecer a la Cofradía de la Virgen de la Antigua de Hinojosa del Duque la asistencia por invitación a los actos celebrados en honor a la Virgen de Luna, un acto que tiene visos de convertirse en tradición.

Respecto al 75 aniversario de la bendición de la nueva imagen de la Virgen de Luna, el máximo responsable de la cofradía ha indicado que se van a organizar una serie de actos para conmemorar la efeméride en breve. Además de continuar con las peticiones de las respectivas comisiones creadas al respecto para conseguir que el Polideportivo Municipal de Pozoblanco lleve el nombre de la patrona y el nombramiento de la Virgen de Luna como patrona de los astronautas, se tiene intención de enviar oraciones de protección a todos los viajes espaciales que se realicen en el futuro.

Tras la misa en el santuario, la patrona regresó al interior, mientras los hermanos cofrades celebraban su tradicional comida de hermandad, previa a la salida oficial de la patrona desde La Jara para iniciar el camino de vuelta a Pozoblanco. Una de las medidas adoptadas por la cofradía ha sido la de hacer mayor número de relevos en los portadores de la imagen durante el traslado, aunque con menos romeros bajos las andas. De esta forma, tomaba la Virgen el camino hacia Pozoblanco, acompañada en su vuelta por cientos de romeros que la han querido acompañar en su regreso a su casa, donde permanecerá hasta junio.

Las temperaturas primaverales han animado a muchos romeros no solo a acompañar a la patrona en su regreso a Pozoblanco, sino también a celebrar en la dehesa de La Jara este inolvidable día en el que las familias se unen para vivir el día grande Pozoblanco, que desde hace dos años no ha podido llevarse a cabo por la pandemia del covid.

Los niños esperan con los hornazos. Los niños esperan con los hornazos.

Los niños esperan con los hornazos. / Antonio J. Dueñas

Uno de los momentos más especiales de este día ha sido la llegada de la patrona al arroyo Hondo, donde cientos de niños y niñas le han ofrecido el tradicional hornazo, un bollo de aceite con un huevo duro que regalan los padrinos a sus ahijados. La alegría se notaba en ese momento, pues tras dos años de espera los pequeños han podido vivir de cerca de nuevo la entrada triunfal de la patrona a Pozoblanco, justo antes de que se le impusieran las llaves de los sagrarios de Pozoblanco y Villanueva ante la entrada al pueblo.

En las calles de Pozoblanco, a la caída de la tarde, se notaban los nervios y algarabía de la gente que ha querido recibir a la patrona y acompañarla hasta la entrada triunfal en la parroquia de Santa Catalina. Momentos antes, el alcalde de Pozoblanco, Santiago Cabello (PP), imponía el bastón de Alcaldesa Perpetua a la imagen de la Virgen a las puertas del Ayuntamiento, además de la ofrenda floral de la corporación municipal.

La patrona de Pozoblanco volverá a salir de la parroquia de Santa Catalina en su día de fiesta local, el lunes, cuando recorrerá las calles de Pozoblanco, que lucirán engalanadas en sus balcones y aceras para recibir como se merece a la Virgen de Luna de parte de su pueblo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios