El avance definitivo en la segregación de los terrenos donde se localiza el yacimiento de Morana podría anticipar, a este año 2022, el inicio de la adquisición, por parte del Ayuntamiento de Lucena, del enclave íbero-romano ubicado en el suroeste del término municipal, camino de la aldea de Jauja y a escasa distancia del paraje natural de la Laguna Amarga.

Los presupuestos municipales del 2022 no reflejan ninguna partida vinculada a la compra de una finca vinculada a la etapa final del Bronce. Las previsiones económicas de ejercicios siguientes sí enumeran asignaciones económicas dentro de un plan plurianual. En principio, para un montante de 231.622 euros, el Consistorio destinaría 120.000 euros en 2023 y finalizaría el desembolso en 2024 con un importe de 111.622 euros.

Estas cantidades, establecidas en negociaciones trabadas hace varios años, probablemente sufran modificaciones ya que el propio alcalde de Lucena, Juan Pérez, ha admitido que se plantea la realización de nuevas tasaciones.

El beneplácito de la Comisión Provincial de Cultura y Patrimonio de la Junta de Andalucía en Córdoba a la división de esta propiedad privada sustenta la agilización de los trámites.

El regidor socialista, cauto y moderado en sus afirmaciones, ha puntualizado que, en primer lugar, corresponde “volver a hablar con el dueño para conocer si mantiene su oferta inicial y las condiciones de pago”. A priori, Pérez acepta “estudiar” el nuevo panorama y examinar si resulta factible modificar los créditos y dedicar, a esta operación, fondos municipales ligados al ejercicio económico actual.

En el primer trimestre del año 2000, este yacimiento, originariamente un recinto fortificado, era declarado Bien de Interés Cultural. Distintas investigaciones han confirmado que en las laderas de Morana permaneció un asentamiento humano en el siglo IX antes de Cristo.