El impresionante carro íbero hallado en 2018 en el cerro de la Horca, en Montemayor, y que los arqueólogos datan en época ibérica temprana, entre finales del siglo V y la primera mitad del siglo IV antes de Cristo, será expuesto en una nueva sala del Museo de Ulía. Así lo ha anunciado el alcalde montemayorense, Antonio García (IU), quien ha explicado que el presupuesto del Ayuntamiento para 2020 incluye una partida específica de 60.000 euros para estos trabajos.

La nueva sala será "exclusiva" para mostrar esta pieza arqueológica que, según el regidor, puede suponer "un antes y un después" para el turismo de cultura e historia no solo en el municipio, de 3.800 habitantes, sino para toda la comarca de la Campiña Sur. 

El año pasado, la Diputación de Córdoba destinó 12.000 euros a la restauración del carro, que permanece sin exponer. El hallazgo comprende cuatro ruedas, dos grandes y dos pequeñas; elementos asociados a ellas, como los bocines y las belas elaboradas en hierro, además de diversos elementos del yugo, entre los que destacan pasarriendas fabricados en bronce y dos bocados de caballo en hierro. El conjunto metálico descansaba sobre un lecho de cantos rodados y tierra arcillosa, sobre el que había huesos calcinados, cenizas y algún vaso cerámico. Según los investigadores, la presencia de huesos calcinados de animales y cenizas sugiere la celebración de algún tipo de banquete ceremonial previo a la ofrenda del carro.

Los arqueólogos desentierran el carro en el cerro de la Horca.

Todo el conjunto podrá contemplarse en el Museo de Ulía, ubicado en la planta baja de la Casa de la Cultura de Montemayor, en la calle Juan Pedro Carmona, 4. Los actuales fondos proceden de la unión de dos colecciones, la que en su día auspiciara el párroco Pablo Moyano, de la que es titular la Diócesis de Córdoba, y la colección municipal. La mayoría de los restos han aparecido en el término municipal y su entorno más inmediato.

Montemayor se identifica tradicionalmente con la ciudad íberorromana de Ulía, un núcleo amurallado (opidum) que durante la ocupación romana juega un papel importante al convertirse en varias ocasiones en refugio inexpugnable en conflictos y enfrentamientos. Entre las luchas destaca el episodio que tiene como escenario la Guerra Civil entre César y los hijos de Pompeyo, en el que César libera a Ulía, su aliada, del sitio al que la estaba sometiendo Cneo Pompeyo.