Vega del Guadalquivir

El Miércoles de Harina regresa a Ochavillo del Río

La batalla de la harina de Ochavillo del Río, en imágenes

La batalla de la harina de Ochavillo del Río, en imágenes / Miguel Ángel Salas

Tras dos años de pausa por la pandemia, la Entidad Local Autónoma (ELA) de Ochavillo del Río, en plena Vega del Guadalquivir cordobés, conmemora el Miércoles de Ceniza con su tradicional batalla campal de harina que llena de blanco todas las calles de la localidad.

La alcaldesa de Ochavillo del Río, Aroa Moro, explica que la tradición, fiesta local, se remonta a algo más de medio siglo, cuando una panadera llevaba consigo un saco de harina con el que "se tuvo que defender de los ataques de los demás vecinos", que usaban la pura ceniza de brasero de picón como arma arrojadiza.

Sin embargo, al comprobar que la harina era "menos dañina para los ojos y oídos que la ceniza, se cambió la tradición" de lanzar la ceniza en el día que comienza la Cuaresma, una batalla de harina que es foco de curiosidad y llama mucho la atención entre los visitantes.

Moro señala que la original batalla de ceniza "puede proceder de la época de los colonos", desde hace más de 250 años, aunque solo en Ochavillo del Río se mantiene esta tradición que supone el día grande de la localidad.

La batalla comienza bien temprano por la mañana y para ello el Ayuntamiento ha preparado 40 kilos que se reparten gratuitamente entre los que participantes, aunque "todos ya van preparados desde sus casas con el cargamento" para disfrutar de la fiesta.

Las clases en las escuelas se suspenden por un día y el auge de la celebración llega sobre las 13:00 horas, cuando da comienzo en la plaza la degustación de un buen perol de arroz que los propios vecinos van elaborando.

Es la hora a la que empiezan a llegar muchos de sus trabajos y "de otras localidades aledañas" que poco a poco cada año se van sumando a una tradición que, por celebrarse en un día laboral en medio de la semana, no alcanza un auge masivo.

La pandemia, además de cancelar la tradición durante dos años, también paralizó los planes del Ayuntamiento de la localidad de trasladar la fiesta a un fin de semana para aprovechar que sea un "atractivo turístico de primer orden".

Sin embargo, la idea provoca recelos y división en la localidad, ya que "no se puede entender un Miércoles de Ceniza sin celebrar nada", por lo que se sigue dando vueltas al mejor formato para conjugar turismo y tradición.

Una vez que todo el pueblo esté lleno de blanco y que se haya dado buena cuenta del arroz, llega el turno de la parte más lúdica y festiva de la tradición, ya que los 800 vecinos de la localidad comparten cantos y juegos populares.

Se tratan de cánticos que "sólo se oyen cantar en Miércoles de Ceniza" y unos juegos populares en la calle para grandes y pequeños, en los que no faltan "ni el porrón, ni la comba".

Y todo ello para celebrar un Miércoles de "harina" único y especial en Ochavillo del Río que solo la pandemia puedo cancelar en los dos últimos años.

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