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Los Mejía, teatro para la comarca

  • Media docena de artistas de Pozoblanco suben a escena el patrimonio histórico de la zona Norte de la provincia a través del teatro y la música

Una de las representaciones de Los Mejía.

Una de las representaciones de Los Mejía. / sánchez ruiz

Algo empezó a agitarse sobre los escenarios del norte de la provincia de Córdoba el pasado mes de mayo. El reto de transmitir la historia oral del Valle de Los Pedroches a las nuevas generaciones se hizo real en forma de compañía teatral. Y lo hizo en forma de una nueva especie de juglares capaces de combinar letra y música para contar decenas de historias que han sucedido a lo largo de los siglos. Ellos son Los Mejía. Son músicos, artistas, actores, ilustradores… Manolo, Facundo, Faustino, Antonio Carlos, Paco y Javier, seis pozoalbenses que están recorriendo teatros de los 17 municipios de la comarca transmitiendo su patrimonio histórico a través del teatro, la música y la pintura. Mojigangas, jácaras, entremeses, sainetes y romances que transportan al público a tiempos pasados y les hacen revivir anécdotas, curiosidades y acontecimientos vividos en la Comarca.

Los Mejía ya han atravesado el Puerto del Calatraveño y pisaron la capital cordobesa por primera en de la Feria de los Municipios que organizó la Diputación. Allí interpretaron una de sus obras más célebres: El médico del agua. La pieza narra la fatal epidemia de cólera sufrida en Pozoblanco en 1737 y cómo el doctor Vicente Pérez, que no había podido atajarla ni con sangrías ni con medicinas, consiguió sanar a sus pacientes cambiando el agua que consumían. Esa es la historia. Los Mejía la convierten en teatro. "Queremos llegar a un público más extenso y joven y mostrarles el patrimonio histórico de Los Pedroches", cuenta Manolo Marín, uno de los componentes de Los Mejía. "Hacemos farsa, humor absurdo", continúa, "sorprendiendo al público, ya que les contamos cosas que sucedieron de verdad en sus pueblos pero ellos no conocían", añade.

Se definen a sí mismos como "unos locos y chalados" que quieren transmitir la historia de la comarca. Para lograrlo, parte de su trabajo es buscar información. La encuentran entrando en contacto con historiadores locales, consultando textos y documentos antiguos y recogiendo toda clase de anécdotas que luego se convierten en auténticas experiencias teatrales que buscan la cercanía con el público. Y consiguen que aquellos que acuden a verlos los sientan cerca porque muchos de ellos reviven historias que han escuchado a lo largo de los años en sus pueblos. Especialmente, es fácil ver sonreír a los más mayores durante sus actuaciones, ya que muchas de las cosas que cuentan sobre las tablas fueron las mismas leyendas con las que crecieron de pequeños y les transmitían sus padres y abuelos. Con los años muchas de ellas se perdieron y, ahora, Los Mejía lucharán para que no se olviden.

Ya han contado, entre otras cosas, su propia versión de cómo Pozoblanco y Villanueva de Córdoba se repartieron a la Virgen de Luna, a la vez que la perdió Pedroche. También la evolución que las aldeas de Los Pedroches vivieron hasta convertirse en villas. O la celebrada batalla de Santa Eufemia, con aparición de la Santa Señora incluida. Por supuesto, recogen la historia de los pelirrojos en Añora, repasan historias de pastores y artesanos y cuentan la historia de los auténticos Mejía, señores de esa tierra. Preguntado por el futuro, Manolo Marín lo tiene claro. Dice que a Los Mejía les gustaría entrar en un circuito teatral que les ayude a "llevar el nombre de Pozoblanco y de Los Pedroches junto a sus historias por todas partes".

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