Subbética

Manuel Ruiz de Lopera y Priego de Córdoba: “Cada año recibía su hornazo bendecido del Viernes Santo”

Manuel Ruiz de Lopera en su despacho con un cuadro del Nazareno de Priego de Córdoba a la derecha.

Manuel Ruiz de Lopera en su despacho con un cuadro del Nazareno de Priego de Córdoba a la derecha. / El Día

Manuel Ruiz de Lopera (Sevilla, 1944-2024) es el último hombre en alcanzar la categoría de "mito popular”, elevado por su propia montaña de citas y momentos célebres que acabaron sepultando al niño que pasaba las vacaciones en Priego de Córdoba en casa de su tía. Pocas historias quedan por contar de un hombre “preso de la popularidad”, que tenía que “ver las procesiones escondido en una esquina”. La de su relación con Priego, como la de Maradona en Sevilla hasta que le hicieron un Informe Robinson, es una de esas historias sin explorar, más allá de lo que ya se ha repetido otras veces: que fue la tierra natal de su madre y el cuadro del Nazareno que cuelga en el despacho de su casa de la calle Jabugo (Sevilla).     

En Priego descubrió su apego por el dinero antes que la fe. "Recogí las monedas que la gente tiraba a la Fuente del Rey y mi madre me llevó de la oreja a devolverlas", confesó en una entrevista publicada por el diario AS en 1997. Es una de las pocas alusiones prieguenses de Lopera que flotan en un Google "acolapsado" de artículos y vídeos, que recuerdan estos días al expresidente del Betis fallecido este Domingo de Ramos

De aquella infancia en una casa de la calle Cervantes, Manuel Ruiz de Lopera también recordaba las meriendas de turrolate o las idas y venidas desde el Caminillo a la Fuente del Rey para rellenar los cántaros de agua, cuenta a este periódico Juan Carlos Ayerbe, tesorero de la Peña Bética de Priego Rafael Gordillo, rememorando una de sus conversaciones con el exmandatario verdiblanco. 

Fue en esa niñez cuando además fraguó su devoción por Nuestro Padre Jesús Nazareno. "En esas temporadas que pasaba en Priego, uno de los sitios a los que más iba era la Iglesia de San Francisco", señala Nicolás Jiménez, teniente de hermano mayor de la Hermandad, que aclara a el Día que "Lopera era devoto, no hermano".

Un amistoso con el Betis “a coste cero” y un cuadro de Jesús

De la etapa del Lopera presidente se recuerdan tres días ilustres en Priego: la inauguración de la Peña Bética Rafael Gordillo (en 1996), su asistencia a la comida de Navidad de dicha peña (2002) y el amistoso entre el Priego C.F. y el Real Betis Balompié (2003), cumpliendo la promesa hecha por el máximo mandatario verdiblanco un año antes, de traer a los jugadores del primer equipo "a coste cero" para la inauguración de la nueva ciudad deportiva municipal.

Una crónica del periódico Adarve detalla aquella visita de 2002 en la que Lopera, junto a dos de sus hermanas, evocó y revivió algunas de sus vivencias en Priego. Acabó subiendo al camarín del Nazareno y probó el turrolate de la fábrica La Cubé. Por su parte, los miembros de la peña obsequiaron a Don Manuel con una insignia y un cuadro de grandes dimensiones de Jesús Nazareno, que el mismo presidente bético se comprometió a colgar en su despacho -el Sanctasanctórum de la calle Jabugo-. 

Manuel Ruiz de Lopera en la cena de Navidad de la peña bética de Priego, junto a Rafael Gordillo. Manuel Ruiz de Lopera en la cena de Navidad de la peña bética de Priego, junto a Rafael Gordillo.

Manuel Ruiz de Lopera en la cena de Navidad de la peña bética de Priego, junto a Rafael Gordillo. / Cedida por PB R.G.

En la inauguración de la nueva ciudad deportiva de Priego (2003). Se disputó el amistoso Priego C.F. 1-4 Real Betis. En la inauguración de la nueva ciudad deportiva de Priego (2003). Se disputó el amistoso Priego C.F. 1-4 Real Betis.

En la inauguración de la nueva ciudad deportiva de Priego (2003). Se disputó el amistoso Priego C.F. 1-4 Real Betis. / Cedida

Un año más tarde, la expedición verdiblanca con Benjamín, Contreras, Capi y Don Manuel a la cabeza, desembarcó en el barrio de la Villa; almorzó en el desaparecido bar Río; y estrenó el césped artificial para disgusto del entrenador, Víctor Fernández, que esperaba un césped natural y temió a las lesiones antes de empezar La Liga, recuerda Juan Carlos Ayerbe.  

A posteriori se reconocen otras visitas "de incógnito" en las que "solía comer en el Hostal Rafi” y luego “entraba en San Francisco para pasar un rato a solas con Jesús", coinciden en ello los miembros de la cofradía y de la Peña Bética. "Él no avisaba a la Hermandad cuando venía, llevaba su devoción de forma particular, pero nunca perdió esa vinculación con el Nazareno de Priego", subraya el teniente de hermano mayor. 

De hecho, esa vinculación prieguense y nazarena se mantuvo hasta su muerte a través de Juan Carlos Ayerbe, el tesorero de la peña bética que, desde 2002, le hacía llegar todas las navidades turrolate y aceite de Priego, y en Semana Santa los hornazos. "Cada año lo recibía bendecido del Viernes Santo. Yo subía al calvario y le mandaba las fotos, luego se los llevaba su sobrina o yo mismo. Los de este año ya estaban encargados", asegura a este periódico.

“Se le hablaba de Priego y se le iluminaba la cara”

Hace un año, cuando apareció en televisión y se vio el cuadro del Nazareno de Priego, efectivamente colgado en su despacho, la Hermandad le mandó una carta invitándolo a San Francisco, "pero ya no pudo venir por cuestiones de salud", lamenta Jiménez. Tras su fallecimiento, decenas de mensajes se han sumado estos días al pésame de la Hermandad difundido por sus redes sociales.

Desde la Peña Bética de Priego Rafael Gordillo, por su parte, mandaron una corona de flores al tanatorio de Sevilla, en agradecimiento por el trato recibido por el exmandatario. “Tuvo mucha consideración con nosotros para las finales de Copa de S.M el Rey en 1997 y 2005”, recuerda Ayerbe. 

Manuel Ruiz de Lopera y Ávalos no tuvo hijos. Apenas se pueden trazar parentescos directos con él que sigan viviendo en el perímetro de la Subbética. Una sobrina suya sevillana es la que ha hecho de enlace principal entre Lopera y Priego durante los últimos años. Tanto la Hermandad como la Peña Bética esperan poder dedicar próximamente una misa de despedida en la capilla de Jesús Nazareno: el último recuerdo a aquel niño que una vez recogió las monedas que la gente tiraba a la Fuente del Rey. “Se le hablaba de Priego y se le iluminaba la cara”.

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