Lucena le gana el asalto a los chinos

HASTA en la sopa tenemos a diario noticias de China relacionadas con la economía. Que si el llamado Gigante asiático crece tanto este año, que si compra deuda, que si alerta de esto o aquello. En Córdoba tampoco escapamos de las garras del poderoso país y a la proliferación de negocios por parte de empresarios de aquellos lares se unen las quejas de nuestros ajeros, que con razón, denuncian que hay que poner coto a la entrada de ajo chino si queremos mantenernos en lo más alto, tanto en calidad -indiscutible e incuestionable- como en volumen de producción.

Viene al caso esta reflexión porque resulta que nos hemos enterado esta semana que desde tierras cordobesas le hemos ganado un asalto -algo es algo- a los chinos, quienes esperaban que el grupo valenciano Hidalgo's instalará allí una fábrica de muebles de baño y hogar, si bien se han encontrado con la sorpresa de que no, que la empresa en cuestión ha decidido poner en marcha la iniciativa en Lucena, nada más y nada menos, en plena Subbética cordobesa.

Reconozco que cuando leí la noticia exclamé un ¡coño!, ¿esto es verdad? Pues sí. Uno ya estaba habituado a conocer que nuestro aceite, el jamón, la leche, la naranja y todo producto que se precie por su calidad tiene todas las papeletas para llegar a China y que muchas empresas optan por instalarse allí con el argumento -no siempre reconocido públicamente- de que los costes de producción son menores. Por llevarse, los asiáticos han contratado incluso a nuestro entrenador de fútbol con más raza, José Antonio Camacho, para que dirija (más bien para que lo intente) a la selección de China.

Así las cosas, lo que menos se esperaba es que un grupo empresarial cambiara el presunto atractivo económico de China por Lucena, ciudad emprendedora como la que más, pero que no pasa precisamente por su mejor momento en el plano económico.

Dice el gerente Grupo Hidalgo's, Juan José Hidalgo, que eligieron Lucena por las instalaciones que encontraron para su ubicación -la antigua fábrica de muebles CociHogar de Pineda y Ruiz junto a la carretera N-331-, por la maquinaria a buen precio que consiguieron y que ya estaba en las instalaciones, por el tejido empresarial tan importante existente en la ciudad lucentina y por la gran cantidad de proveedores con los que hacer negocio, a lo que suman las buenas comunicaciones y la proximidad de la comarca de la Subbética con los puertos de Sevilla y Algeciras, desde donde les llegan y envían la mercancía.

Hidalgo asegura que "queremos crear riqueza y generar negocio aquí" y que "ahora lo que hay que hacer es producir a precios competitivos". Su teoría es bien sencilla y afirma que la mayoría de potenciales clientes europeos y latinoamericanos comprarían antes un producto español que uno chino aunque éste cueste un 5% más, "pero ahí está el límite; hay que ser realista, si lo vendemos un 10% más caro, comprarán el fabricado en China", insiste el directivo de este grupo empresarial. Visto desde esa óptica, ¿por qué no puede funcionar?

Por el momento, que nos quiten lo bailado y si a los 14 empleados con los que ya cuenta la empresa en Lucena se suman otros 50 en los próximos meses, pues mejor todavía. Y que nos perdonen si tiramos de orgullo y presumimos de que le hemos ganado una partida -aunque sea a los chinos-, al todopoderoso gigante de Asia, ese mismo que con más de 1.300 millones de habitantes y un enorme crecimiento tiene abducidos a gobiernos y empresarios de todo el mundo, que no dudan en rendirles pleitesías.

Por todos eso, el gesto de Grupo Hidalgo's de venirse a Córdoba tiene más valor del que en un principio pudiera parecer y no es de extrañar que los grupos políticos lucentinos le hicieran el otro día la ola a los dirigentes de la firma de origen valenciano por este movimiento empresarial, puesto que no está el patio para dejar pasar oportunidades. Si a ellos les va bien, como parece, pueden venir otros empresarios con nuevos proyectos no sólo a Lucena, sino a Puente Genil, Cabra, Montilla, Priego, Palma del Río o Pozoblanco. Y que sirva de acicate para que nuestra indolente clase política empiece a espabilar de una vez, que falta nos hace.