Los trabajos de reparación en algunas de las principales calles del centro de Lucena se han convertido en una constante durante los últimos años. Unas intervenciones incesantes que conllevan, además, como consecuencias directas, fastidiosos inconvenientes en el tráfico, el acceso a cocheras y el tránsito peatonal.

Entre los años 2007 y 2015, un programa de regeneración del centro histórico, financiado con fondos europeos y que descargó en la localidad unos ocho millones de euros, posibilitó la remodelación integral de 27 vías. Unas obras de resultado cuanto menos discutible e, indudablemente, deficiente en varios puntos del núcleo del municipio.

Los hundimientos de hasta un metro cuadrado; los deterioros persistentes; la rotura de los adoquines, y los movimientos crónicos de la superficie menoscaban, funcional y estéticamente, a calles principales de Lucena como El Agua, San Pedro, Canalejas o Las Torres. Las franjas de los pasos de peatones, por sus características y combinación de material entre granito y mármol, constituyen zonas especialmente sensibles a los daños y los perjuicios alcanzan una mayor magnitud.

Por el tiempo transcurrido, más de una década, desde el Ayuntamiento, en base a las disposiciones legales de la ley de contratos, asumen que la exigencia de responsabilidades es inviable –“no hay nada que hacer, no hay posibilidad de reclamación”, admite el concejal de Obras, César del Espino (PSOE)- y tampoco se contemplan reconstrucciones totales en cada calle porque el presupuesto, individual, rebasaría el millón de euros y “no nos sobra el dinero”, apostilla el edil socialista.

Una vez agotadas las garantías estipuladas en los diferentes contratos, el Consistorio ha de afrontar los gastos derivados de “una mala ejecución”, señala abiertamente y sin tapujos Del Espino. Sí distingue los proyectos incorrectamente culminados de otros “perfectamente ejecutados”, como la zona sur del Paseo del Coso.

Desde hace varias anualidades, la delegación municipal de Obras opta por “arreglar con parches” los deterioros, imparables, y la partida en cada ejercicio dedicada a este fin ronda los 35.000 euros, distribuidos, de media, en siete actuaciones. Cada contrato menor, que se suele adjudicar a empresas locales, significa unos 5.000 euros y únicamente se requiere la mano de obra por horas, ya que el propio Consistorio proporciona materiales como el cemento y la arena.

Del Espino defiende esta estrategia de trabajos puntuales porque “está surtiendo efecto” y los sectores donde se acometen las subsanaciones, sostiene, nunca más vuelven a acusar desperfectos. “Si sale el daño, saldrá en otra, si es que sale, no lo sabremos nunca, y vendrá del origen", ha incidido el concejal responsable de Obras y Urbanismo.

En este año 2021, ya se han completado tres actuaciones de esta tipología, con un desembolso de 18.000 euros, y el Consistorio ya ha diseñado otras cuatro hasta final de año. Actualmente, una empresa lucentina realiza labores de rectificación de detrimentos en el firme de la calle San Francisco, entre Quintana y Cervantes.