Subbética

La preocupación vecinal por la seguridad de los peatones obliga a modificar la obra de la calle Álamos de Lucena

  • Los vecinos de esta calle exponen que "el proyecto está mal" porque, en algunos tramos, la anchura de la acera no supera los 40 o 50 centímetros

  • El Ayuntamiento acepta modificar el trazado y habrá de pagar una nueva actuación en esta obra incluida en el PFEA

Calle Álamos de Lucena, a la altura del número 66.

Calle Álamos de Lucena, a la altura del número 66. / M. González

La mayúscula estrechez de la nueva acera en un sector concreto del firme, con una anchura inferior a 60 centímetros, ha generado una honda y extendida intranquilidad entre los vecinos de la calle Álamos de Lucena por los futuros riesgos que temen para los viandantes cuando coincidan con el tránsito de vehículos.

El Ayuntamiento, a través del alcalde, Juan Pérez (PSOE), persevera en su teoría de negar cualquier error técnico en esta actuación puesto que una configuración con plataforma única, razona el regidor, se sustrae de las medidas mínimas de las dos partes del viario, únicamente diferenciadas por el color, y potencia la accesibilidad. Frente a ello, un grupo de residentes en esta calle, en el tramo afectado, entre Santiago y Peñuelas, a través de su portavoz, Felipe Bono, replica que “no quieren comprender que el proyecto ha estado mal”.

Esta remodelación significa la continuación de la reforma emprendida, hace un año, desde Ballesteros hasta Santiago y que finalizó con un unánime balance altamente positivo. En total, ambas obras suman unos 500.000 euros y pertenecen a sendas ediciones del Programa de Fomento del Empleo Agrario.

La drástica reducción de la acera en torno al número 66 de la calle Álamos encendió la protesta vecinal. En esta casa habita un matrimonio octogenario con tres hijos con discapacidades, relatan sus convecinos, “y tienen que levantarlos para salir y un coche se los puede llevar por delante”. También avisan sobre el riesgo que entraña “la reja” del edificio por los sólo “40 o 50 centímetros” que la separa de la superficie habilitada para el tráfico rodado.

La voluntad de conservar tres aparcamientos enfrente de la zona conflictiva, señalan desde el Consistorio, motivó este diseño que situaba las plazas de estacionamiento delante de dos cocheras. Una vez expuestas las quejas y el desasosiego de los moradores de las diferentes viviendas, el Ayuntamiento colocó, dentro de la propia calzada, unos pivotes cuya instalación generó extrañeza y consideraciones irónicas.

Una modificación aceptada por "la inquietud" vecinal

La formación política Ciudadanos habló de “chapuza y estropicio” porque, además, resaltaban, resultaba incomprensible la coincidencia de dos aparcamientos con sendos vados permanentes, y el alcalde puntualizó que los bolardos comportaban una medida provisional y aseguraba que se buscaría “solución” a la controvertida localización de los tres aparcamientos que, finalmente, se suprimirán. En síntesis, el alcalde ha abundado en que, por apreciarse como factible, “daremos respuesta a la inquietud vecinal”, al tiempo que precisa que en otras calles recientemente renovadas, la casuística ahora rechazada es análoga.

El Ayuntamiento ya ha anticipado al Servicio Público de Empleo Estatal, organismo que inspecciona y superficie la exactitud de los trabajos con el proyecto autorizado, la intención de acometer una rectificación con la voluntad de ampliar el acerado. Esta modificación se costeará con dinero extraído de las arcas municipales, si bien el SEPE ha de admitir esta intervención complementaria para abonar la subvención inicialmente comprometida.

Juan Pérez ha asegurado que, por el momento, “se desconoce el importe de la actuación” elegida y participada ya a los vecinos. La corrección consistirá en “levantar el empedrado y la acera y modificar los imbornales”. Desde la administración local ya se ha cursado la propuesta de alteración de la intervención y, además, habrá de adjuntar la memoria económica y la preceptiva retención de crédito.

"Sólo tenemos la palabra del alcalde y le damos un voto de confianza"

Este último viernes, el propio Pérez y el concejal de Obras, César del Espino (PSOE),  quien, por el momento, no se ha pronunciado públicamente acerca de esta controversia, informaron a una representación de los vecinos, en el salón de plenos del ayuntamiento, acerca de los pormenores del proceso, tanto las decisiones adoptadas desde el inicio como de los futuros matices y subsanaciones.

Desde el colectivo de los residentes en esta calle del Barrio de Santiago manifiestan que “sólo tenemos la palabra del alcalde, creemos en su palabra y le damos un voto de confianza” puesto que “no han querido firmar nada”. Previamente, así lo ha confirmado el alcalde, estos vecinos compartieron algunas reuniones con el edil de Obras, si bien, no obtuvieron, remarcan, los resultados deseados.

Finalmente, los vecinos advierten de que se mantendrán vigilantes. Reclaman la inmediata materialización de las labores comprometidas. El Ayuntamiento pretende, como objetivo prioritario, simultanear los trabajos de ensanchamiento de la acerca con la ejecución troncal de una obra que ha de concluir el 19 de agosto. En caso contrario, ha indicado Pérez, los trabajos se acometerán a la mayor brevedad posible y, progresivamente, serán reabiertos al tráfico los tramos finalizados.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios