Subbética

Lucena busca una segunda sede para la Biblioteca Pública ante la falta de espacio

  • Cultura espera conocer un informe encargado por el Ayuntamiento sobre los usos adecuados de los edificios municipales para adoptar una decisión definitiva

Interior de la Biblioteca Pública de Lucena.

Interior de la Biblioteca Pública de Lucena. / M. González

Los libros se amontonan en las mesas, estanterías y pasillos de varias dependencias de la Biblioteca Pública Municipal de Lucena y algunos ejemplares aún aguardan su salida de ciertas cajas ubicadas en lugares provisionales. El recibidor ha suspendido las exposiciones y también acoge mobiliario con textos. “Lamentablemente, la biblioteca ha llegado a su fin, no tenemos más espacio”, sentencia María Teresa Ferrer, directora de este espacio formativo, educativo y social.

Las donaciones de más de 20.000 volúmenes en los últimos meses, antes y después de la pandemia, han elevado a más de 80.000 las obras depositadas en este inmueble de la calle Flores y las cuatro plantas del edificio ya resultan insuficientes para colocar más material escrito.

A las obras legadas por el notario Joaquín Zejalbo, y el arqueólogo lucentino, Manuel Osuna Ruiz, ambos fallecidos, quienes entregaron grandes colecciones de libros y diferente contenido en otros formatos, de excelente y valiosa calidad, se han sumado aportaciones de particulares.

Los paramentos y estanterías de las diferentes estancias han agotado su capacidad y hasta 50 metros lineales de libros permanecen sin situar en la sala de referencia.

La concejala de Cultura, Mamen Beato (PSOE), ha reconocido que el Ayuntamiento ya “contempla" la posibilidad de examinar otras instalaciones donde ampliar la superficie existente porque “la necesidad” es palpable. La edil socialista apunta que desde el Consistorio “se están viendo alternativas”, como opciones complementarias y que se añadirían al actual edificio, enclavado en el antiguo palacio de los condes de Hust e inaugurado el 23 de abril de 2007.

El departamento de Cultura emplaza cualquier decisión concluyente a la finalización del estudio encargado a la Universidad de Sevilla sobre los usos idóneos de los edificios de titularidad municipal. Una vez recibido este dosier, “se podrá realizar algo”, apunta Beato, aún sin ninguna determinación vislumbrada como prioritaria.

El análisis sobre la utilidad de las propiedades del Ayuntamiento examina, entre otros, las antiguas Bodegas Víbora, el palacete barroco de la Calle Condesa Carmen Pizarro, los alfolíes ducales del Paseo del Coso; los locales bajos de la calle Jaén; la parte superior del edificio donde se ubica Correos, en la calle Barahona de Soto; las dependencias de la antigua estación; o los módulos vacíos del Complejo de Los Santos.

En estos momentos, la Biblioteca, como otro servicio adicional, funciona como banco de libros y ejerce de nexo entre las donaciones y subsiguientes concesiones a colectivos, entidades o asociaciones.

Además, y una vez paralizado por la pandemia la iniciativa Libros Libres, a través de vitrinas expandidas por distintos calles de la localidad, este centro cultural, con nuevas baldas adquiridas, promueve el intercambio de textos, con las pertinentes medidas de higiene y control.

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