Ya sólo queda en paradero desconocido una de las cinco menores que se fugaron del Centro Prado de Santa María de Hornachuelos la pasada semana. A esta situación se ha llegado después de que las fuerzas de seguridad localizaron en la noche del lunes en Jaén a la cuarta menor huida de la residencia de Menores con Trastornos de Conducta. Esta joven permanecía desaparecida desde el 30 de junio, cuando junto a las otras cuatro presentaron una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Palma del Río por supuestos malos tratos contra los cuidadores del centro que las acogía.

Una unidad de la Policía adscrita a la Junta fue la encargada de trasladar a la menor localizada en la capital jiennense al Centro para Menores con Trastorno de Conducta Prado de Santa María de Hornachuelos, la instalación de la que se fugó. Fuentes de la Junta de Andalucía informaron de que la menor fue hallada en Jaén junto con su madre. De momento, parece que no ha seguido la misma línea que dos de sus compañeras de aventura, que después de haber sido localizadas en una barriada de la ciudad Granada el viernes pasado y ser trasladadas de nuevo hasta Hornachuelos, se personaron en las dependencias de la Guardia Civil en la ciudad de Palma del Río para retractarse de los presuntos malos tratos que hace una semana decían que habían recibido. Este cambio en las declaración de dos de las menores ha sido trasladado también al titular del Juzgado de Posadas que está llevando este caso.

Con el reingreso de esta cuarta menor en el centro de Hornachuelos parece que se va confirmando lo que ya adelantó la consejera de Gobernación, Clara Aguilera, para quien la búsqueda de estas menores, cuya tutela corresponde a la Junta, dijo que era una "prioridad absoluta", a la vez que reconoció que "la situación es de una preocupación importante hasta que no estén otra vez en el centro". En estos días, desde la Administración autonómica se ha querido resaltar la colaboración entre las fuerzas del orden en este asunto, si bien también ha habido voces discordantes, como la del propio Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, para quien la coordinación entre la Guardia Civil y la Policía Autonómica ha dejado mucho que desear.

Las menores, de entre 14 y 15 años, denunciaron malos tratos un día después de fugarse y en presencia del director del centro de acogida. Después manifestaron su deseo de no volver al mismo y se marcharon sin que nadie lo impidiera.