Inician el desagüe del pantano sin saber el agua que el Gobierno obliga a vaciar

El Ayuntamiento defiende que el embalse mantenga cuatro metros de profundidad para evitar la muerte de los peces · La Confederación del Guadiana exige que sean sólo dos metros por "razones de seguridad"

Un técnico municipal sostiene la manguera por la que está desaguando el embalse de Santa María.
Un técnico municipal sostiene la manguera por la que está desaguando el embalse de Santa María.
Rafael C. Mendoza

Pozoblanco, 06 de octubre 2010 - 05:01

El desagüe del embalse de Santa María, la medida cautelar que ordenó la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) tras detectar las irregularidades que presentaba, arrancó ayer con más incógnitas de las previstas. Parecía claro el acuerdo al que habían llegado el Ayuntamiento de Pozoblanco y este organismo perteneciente al Ministerio de Medio Ambiente era que el pantano iba a mantener el 50% del caudal que había alcanzado tras las últimas lluvias. Sin embargo, la negociaciones parecen haberse enquistado, hasta el punto de que los trabajos han comenzado sin concretar todavía el nivel al que se debe llegar. El Consistorio tiene claro que si el embalse se queda por debajo de los cuatro metros de profundidad "se pondrá en peligro la vida de la fauna que habita en él". La CHG, por su parte, sostiene que el desagüe ha de reducir el nivel hasta los dos metros -un vaciado que ronda el 75%- "por razones de seguridad", según apuntaron a El Día desde el propio Gobierno local.

Este baile de porcentajes y niveles es, en cualquier caso, el culpable de que nadie pueda precisar a estas alturas la fecha de finalización del trabajo. El concejal de Urbanismo, Manuel Cabrera (PP), informó a este respecto de que el desagüe se inició a las 09:30 tras solucionar diversos problemas técnicos relacionados con el sistema de vaciado. Según precisó el edil del PP, la bomba que suelta agua al arroyo de Santa María "estaba rota desde hacía ocho años y nadie la había arreglado", un hecho que llevó al departamento técnico a prohibir su uso "por las terribles consecuencias que traería si reventara la tubería".

El mal estado de este conducto -"otra herencia más del ex alcalde Antonio Fernández, quien aseguró el otro día que todo lo había dejado perfecto"- obligó a valerse de la bomba que se emplea habitualmente para suministrar agua al campo de golf municipal. Solventados los problemas técnicos, Cabrera destacó que el Ayuntamiento pozoalbense tendrá ahora que emplearse a fondo para tratar de mantener el 50% del caudal, es decir, los citados cuatro metros de profundidad. Fue precisamente el argumento de "evitar el desastre ecológico" que esgrimió el Consistorio lo que llevó a la Confederación a abrir la manga y a detener una orden que apuntaba al vaciado total del pantano. Cabrera puso como ejemplo la experiencia vivida en el verano de 2009, cuando como consecuencia de la sequía, el nivel del embalse se situó muy por debajo de la mitad y "la fauna estuvo en peligro".

La CHG, por su parte, sostiene que mantener el nivel que reclama el Ayuntamiento lleva aparejado un cierto riesgo de rotura de la presa por las grietas que hay en la margen derecha de la infraestructura. Cabrera explicó que "lo que nos comentan desde la Confederación es que continúan produciéndose filtraciones por esas grietas y hay peligro, pero también hay que ver el desastre ecológico que puede ocasionar que el pantano se quede con tan poquísima agua".

Sea lo que fuere, el desagüe se inició con algo más de semana y media de retraso, ya que el ente público precisó que tendría que comenzar diez después de que el Ayuntamiento recibiera la orden. Aparte de esta medida, las irregularidades del embalse pueden llevar al Consistorio a pagar una multa de cerca de cuatro millones de euros.

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