Provincia

Historia de un fugitivo

  • Rafi quiso ocultarse bajo una mesa el día de su arresto e incluso buscó huir de la Comandancia de la Guardia Civil por un butrón

afael Hidalgo Castro, alias Rafi, se ha pasado media vida delinquiendo y corriendo delante de la Guardia Civil. A sus 28 años, tiene un historial delictivo casi cinematográfico. Su amigo Rafael P. M., de 40 años, lo conoce bien. Estaba con él el pasado viernes en su casa cuando a las 22:00 y casi sin darse cuenta se llenó el piso de guardias civiles para poner fin a la historia de uno de los fugitivos más buscados de Córdoba.

Según el testimonio de Rafael P. M. en las mismas puertas de los juzgados, conoce a Rafi desde hace unos dos años. En Andújar, la familia del prófugo de Bujalance tiene un piso en el Sector Almería, justo enfrente de donde vive Rafael P. M. El 18 de noviembre se volvió a encontrar con su camarada. Rafi acababa de escapar –una vez más– de la Guardia Civil. En una casa de campo del paraje de San José Escobar de Andújar, Rafi fue sorprendido por una pareja del instituto armado, que lo detuvo y le puso las esposas. Sin embargo, el prófugo aprovechó "un descuido" para largarse una vez más. Antes de huir, golpeó a un agente, que sufre heridas graves. Rafi recorrió "campo a través" y con las esposas puestas los 15 kilómetros que separaban la casa de campo del piso de Rafael P. M. en Andújar. Cuando llegó, "tenía las muñecas ensangrentadas", recuerda.

Desde entonces, esta vivienda le sirvió de refugio a Rafi. Hasta allí llegó su novia, una joven de sólo 16 años que está embarazada. De allí no se movió "por la chica, a la que quiere con locura, porque ella se negaba a marcharse al campo", comenta Rafael P. M. "Él pensó hasta volverse a Bujalance, donde tiene una casa. Me dijo que se metía allí de noche y que nadie lo vería", insiste. Finalmente, llegó la operación policial. Según Rafael P. M., Rafi estaba pensando entregarse, pero no lo hizo. ¿Porqué? Rafael se encoge de hombros. Al parecer, un familiar del prófugo fue quien en la mañana del viernes confirmó a la Guardia Civil dónde se refugiaba.

Sobre las 22:00, dos botes de gas lacrimógeno rompía la ventana del salón. Segundos después, la puerta del piso se vino abajo y una docena de guardias civiles inundó toda la vivienda. "Ellos estaban en el salón y yo acostado", recuerda Rafael P. M. Pero Rafi no apareció tan pronto. La chica fue evacuada de forma inmediata mientras Rafael estaba en el suelo y con las esposas puestas antes de darse cuenta. Rafi intentó evadirse una vez más y quiso esconderse bajo la mesa camilla, incluso con el brasero puesto. Pero esta vez era imposible.

Sin embargo, todavía tenía que hacer un intento más. Según ha podido saber El Día, Rafi fue trasladado en la madrugada del sábado a los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil en Córdoba. Por la noche, se las ingenió para empezar un butrón en una de las paredes más frágiles que hábilmente descubrió. Los agentes se dieron cuenta cuando ya había retirado varios ladrillos. Rafael P. M., sin embargo, sostiene que los guardias los trataron mal y que por eso "liamos el follón y nos pusimos a destrozarlo todo". Por eso, el instituto armado decidió correr nuevos riesgos y los trasladaron hasta la cárcel de Córdoba. Sólo Papillon podría fugarse de allí, y Rafi

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