¿La muerte de José Reyes González se podría haber evitado? Según su familia, el Ayuntamiento de Bujalance y la Federación de Asociaciones Culturales Cristianas de Andalucía (Facca) -elegida como representante legal del hijo del fallecido-, sí, ya que el presunto asesino de este hombre de 51 años está en busca y captura al menos desde septiembre de 2007. De hecho, el propio alcalde de Bujalance, Rafael Cañete (PSOE), llegó a exigir en una Junta Local de Seguridad celebrada el 3 de septiembre de 2007 la detención de R. H. C., el principal sospechoso de la muerte de José Reyes González, por ser el presunto responsable de numerosos robos en la localidad y constituir una amenaza para la seguridad ciudadana. Al parecer, el pasado 9 de noviembre, este hombre -que sigue en paradero desconocido- le dio un tiro en la cabeza "a sangre fría" a José Reyes González después de una discusión vecinal en la barriada de Santiago de Bujalance, según coincidieron ayer tanto fuentes de la investigación como testigos presenciales. La víctima, de etnia gitana, murió el domingo por la mañana en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital universitario Reina Sofía de Córdoba, después de pasar 14 días en coma. Ayer fue enterrado en el cementerio de Adamuz.

Estos hechos han desatado la indignación entre la población de etnia gitana del municipio y la comarca, cuyos representantes han llamado a todos los vecinos en general a la solidaridad. El director de la Federación de Asociaciones Culturales Cristianas de Andalucía, Luis Guillermo Cortés Fajardo, llegó a hablar de "un nuevo caso Mari Luz". Acompañado por un hijo y un hermano del asesinado, Cortés Fajardo denunció que "por culpa del incumplimiento de sus competencias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hay una familia destrozada". Cortés Fajardo se preguntó cómo "un prófugo de la Justicia, considerado muy peligroso" sobre el que pesa una orden de busca y captura está en libertad durante todo este tiempo cuando "hay muchos testigos que dicen que vivía como quería en Bujalance", es visto en numerosas ocasiones en el municipio e incluso en febrero de este año es denunciado por un vecino al que supuestamente había amenazado con una escopeta.

El alcalde reconoció que la Guardia Civil montó un dispositivo especial para arrestar a este hombre pero "se escapó" pese a que hubo "bastantes efectivos". Rafael Cañete insistió en que este joven está en libertad porque "o no se actuó correctamente o porque no se contó con los medios apropiados para detenerlo". El director de Facca aseguró que el sospechoso estaba en prisión, cumpliendo condena por una "sucesión de robos", y que en un permiso carcelario de cinco días se fugó y se marchó a vivir a Bujalance a la barriada de Santiago junto a su familia, algo que no sucedió así, según el subdelegado del Gobierno, Jesús María Ruiz. "Es una vergüenza absoluta para las administraciones, que no han hecho lo que tenían que hacer", clamó Cortés Fajardo, quién pidió la dimisión del subdelegado, la del teniente coronel de la Guardia Civil y al de todos los cargos que hayan tenido alguna responsabilidad en este acaso. Cortés Fajardo anunció que su colectivo baraja incluso acudir a los tribunales.

Uno de los hijos de la víctima, José Reyes, acompañó ayer al director de Facca durante su comparecencia pública cuando su padre aún no había recibido sepultura. Conmocionado, leyó un comunicado en el que exigió justicia y que se depuren responsabilidades porque "este hombre residía impunemente en el barrio sin que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hicieran nada para detenerlo", hasta que el día 9 cometió "el brutal asesinato de mi padre".

De hecho, el homicidio se produjo justo en la puerta donde vivía el sospechoso con su familia. En concreto, los hechos se produjeron después de una pelea entre una vecina de etnia gitana relacionada con el fallecido y una hermana del sospechoso. La gitana reclamó a la otra mujer que bajara la música porque tenía hijos y no podían dormir antes de que comenzaran a pelearse. En la riña mediaron miembros de ambas familias, hasta que el sospechoso salió de su vivienda y disparó contra José Reyes González delante de uno de sus hijos, de 18 años. Según varios testigos, el fallecido apenas si entró en la discusión antes de recibir el disparo mortal. Fue entonces cuando el sospechoso, conocido como Rafi, emprendió la huida.

Mientras tanto, la Guardia Civil prosigue con sus investigaciones, que se han extendido a toda España aunque se centran en los pueblos de la comarca y la vecina provincia de Jaén. En el barrio de Santiago, la tensión es máxima. La familia al completo del sospechoso ha huido también, incluidos los miembros de más edad, y han abandonado sus hogares. Hasta diez patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local vigilan la barriada para prevenir posibles incidentes, expresaron fuentes del instituto armado.

Sin embargo, los responsables de Facca reiteran su llamamiento a la paz. De hecho, este colectivo ha convocado una manifestación "pacífica" para mañana en Bujalance. La concentración está fijada a las 18:00 a las puertas del Ayuntamiento. Los convocantes insisten en hacer "un llamamiento a la unidad de todo el pueblo de Bujalance para que estos hechos no se vuelvan a repetir, y que payos y gitanos podamos vivir en paz y armonía".

Por otra parte, varios centenares de familiares y amigos del fallecido acudieron ayer a su entierro en el cementerio de Adamuz. El sepelio se desarrolló sin incidentes y entre gritos de indignación de algunos gitanos, que acusaron a las administraciones de no haber hecho lo suficiente para arrestarlo. La ceremonia fúnebre se ofició por el rito evangélico. En las puertas del camposanto adamuceño, el director de Facca se preguntó "qué hubiera pasado si la víctima en vez de ser gitana hubiera sido paya y el agresor gitano".