Fuente Obejuna afronta la excavación arqueológica decisiva para recuperar la ciudad romana de Mellaria
Alto Guadiato
Los trabajos arrancan el 19 de septiembre y se prolongarán durante más de un mes en la finca Masatrigo
La localidad de Fuente Obejuna iniciará el próximo 19 de septiembre una excavación arqueológica llamada a ser el antes y el después definitivo para el conocimiento y la recuperación de la antigua ciudad romana de Mellaria. La alcaldesa, Silvia Mellado (PSOE), quien ha presentado este viernes estos trabajos junto al arqueólogo director, Antonio Monterroso, ha destacado que el municipio se encuentra "totalmente ilusionado" ante esta oportunidad, que llega al fin tras un complicado proceso burocrático y después de que el Ayuntamiento adquiriera el terreno en marzo de 2021 tras una inversión de 340.000 euros financiera con remanente municipal.
El equipo liderado por el profesor del Departamento de Historia del Arte, Arqueología y Música de la Universidad de Córdoba Antonio Monterroso trabajará sobre el terreno durante un plazo aproximado de dos meses, para lo que contará con operarios y personal auxiliar del Ayuntamiento mellariense. La alcaldesa ha subrayado que al fin se han superado "todas las dificultades" para recuperar la antigua ciudad romana, para lo que cuentan con el pertinente permiso de explotación concedido por la Junta de Andalucía, a la que ha solicitado que "se comprometa con más financiación".
El proyecto lleva años gestándose. En 2014, la Universidad de Córdoba, con el apoyo del Grupo de Desarrollo Rural, empezó una labor de reconocimiento que ha durado seis años. “Lo normal, en casi todos los sitios, es comprar el yacimiento y luego ver qué hay. En Fuente Obejuna se ha hecho, de modo casi pionero en la provincia de Córdoba, viendo primero qué hay, qué potencial tiene y luego comprando. No se ha querido exponer a la eventualidad, o la dichosa fortuna, ni un solo euro de los melarienses. Y mucho menos nada de la memoria de su gentilicio”, ha explicado Silvia Mellado.
La parcela, denominada finca Masatrigo, cuenta con 23 hectáreas de terreno. ¿Qué se conoce por ahora? La existencia de la ciudad romana de Mellaria, germen de Fuente Obejuna, está testimoniada desde antes del año 75 después de Cristo. Plinio el Viejo, el gran enciclopedista romano que murió en la erupción del Vesubio en Pompeya, dejó escrito en su Historia Natural la existencia de esta ciudad de “no menor nobleza”. No es, por tanto, algo nuevo, ni reciente, ni sujeto a interpretación. Más de 2.000 años soportan ya ese nombre, tan fecundo para los mellarienses. Un periodo de abandono y olvido cubrió la memoria de la ciudad desde el final de época romana hasta los estudios de los eruditos posteriores al Renacimiento.
Fue después la tradición literaria del siglo XIX e inicios del XX la que empezó a retomar y rebuscar el nombre Mellaria, pero no su sitio, confundiéndose con el de Fuente Obejuna. Solo desde la segunda mitad del siglo XX algunos arqueólogos españoles y extranjeros de primer nivel empezaron a relacionar Mellaria con el cerro del Masatrigo. Hallazgos casuales, sobre todo fruto de labores de labranza, apoyaron esta identificación en forma de inscripciones, esculturas y tramos de acueducto recuperados en la Loma del Tinto, Masatrigo o el Chozo Regado.
El estudio definitivo ha incluido tres vuelos fotogramétricos con avioneta en sucesivos años (2014, 2015 y 2016) cubriendo más de 1.500 hectáreas, desde el Masatrigo hasta el pie del cerro del Castaño, cuyo coste asciende a más de 20.000 euros. También se ha hecho una prospección satélite, con satélite espía italo-estadounidense, de 49 kilómetros cuadrados, con un coste de 6.000 euros, desde Mellaria al límite administrativo con Pueblonuevo. Y tres vuelos con dron y sensor espectral infrarrojo de 300 hectáreas en la zona del entorno del Masatrigo con un coste de unos 14.000 euros. Por último, una prospección geofísica con sensores geomagnéticos y geoeléctricos de dos hectáreas en el entorno del cerro con un coste de 5000 euros.
Estas labores aéreas y terrestres de prospección certifican la existencia de una ciudad romana de más de 23 hectáreas de extensión entre su interior y extrarradio. De mayor altura a menor altura, en primer lugar, las imágenes encargadas por satélites ayudaron a delimitar la extensión de la ciudad y su entorno natural. En segundo lugar, los sensores montados en avioneta confirmaron los límites aproximados de la ciudad y sirvieron para conocer sus vías de comunicación.
Posteriormente, los sensores montados en dron sirvieron para saber la orientación de, al menos, cuatro calles y conocer la existencia de los edificios que se sitúan entre ellas. Por último, la prospección geofísica sirvió para asegurar la existencia de todo lo anterior bajo tierra y calibrar la profundidad a la que los restos están enterrados. No hay duda, por tanto, de la existencia de una ciudad romana completa en el entorno del Cerro del Masatrigo.
Mellaria tuvo un foro, compuesto de una plaza, un templo, una basílica judicial y una curia o ayuntamiento además de otros posibles edificios públicos administrativos, como la cárcel, el archivo o el erario, contó con edificios de espectáculo, al menos teatro y anfiteatro, calles, plazas, colegios, tiendas, empresas y vecinos. Todo ese tejido urbano se ha documentado en los llanos que rodean el cerro del Masatrigo. También muralla, que igualmente hemos podido documentar al menos en el litoral tocante con el embalse de San Pedro. Dos torres de la muralla se han documentado, igualmente, en el terreno objeto de compra.ç
En un momento determinado de su vida, hacia el año 74 después de Cristo, Mellaria pasó a llamarse Municipium Flavium Mellariensium lo que comporta en realidad un estatuto jurídico concreto. Quiere decir que fue una suerte de capital comarcal. Sede de la administración y de los tributos. Al igual que hoy, una capital de provincia o de partido judicial tiene edificios administrativos de la ciudad y de la comarca, el estatuto jurídico de Mellaria confirma que también los tuvo.
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