Fin a siglos de fe en suelo prestado
Lucena
Los terrenos en los que se ubica el santuario de la patrona de Lucena, en la Sierra de Aras, son ya oficialmente propiedad de Fundación Obra Pía de la Virgen de Araceli
Cuenta la leyenda que el lugar donde hoy se alza el santuario de María Santísima de Araceli fue el mismo en el que, tras una terrible tormenta, se detuvo el carruaje que portaba la imagen venida desde Roma. A principios de 1562, Luis Fernández de Córdoba y Pacheco, alcaide de los Donceles, II marqués de Comares y Señor de Lucena, estando en Roma por labores diplomáticas quedó embelesado por la obra pictórica existente en la Basílica de Santa María in Ara Coeli, ubicada en la cumbre más alta del Monte Capitolino, la Madonna di Aracoeli, copatrona de la capital italiana. Por ello, mandó esculpir una imagen bajo la advocación de Araceli Altar del Cielo para su palacio lucentino. Una vez finalizada la obra, la imagen viajó acompañada del marqués y su comitiva, primero en barco hasta el puerto de Alicante, y posteriormente por los caminos del sureste peninsular en un viaje que se prolongó durante más de 13 días.
Fue al llegar al lugar donde hoy encontramos la primera cruz, cuando se desencadenó la tormenta y, donde divisamos las tres cruces, donde encontraron la imagen de la Virgen de Araceli, patrona de Lucena tras su ratificación oficial en 1851, primera Virgen de la diócesis en recibir la coronación canónica -en 1948- y, desde 1954, también patrona del campo andaluz. Vanos fueron los esfuerzos por levantar a las caballerizas de la zona conocida como El Humilladero, por lo que el Señor de Lucena entendió que se trataban de señales inequívocas de que María Santísima de Araceli quería ser venerada en aquél lugar.
Allí, en la cumbre de Aras donde se pueden contemplar tierras de hasta cinco provincias andaluzas, se mandó construir el templo que guarda la imagen, el primero en abril de 1562 más humilde -y posteriormente derruido-, y después el segundo, inaugurado en el año 1603 y que desde el año 2010 ostenta el título de real. La construcción se alza sobre una planta basilical de tres naves con cuatro intercolumnios y crucero inscrito, adornada con arcos de medio punto apoyados en columnas dóricas de jaspe que separan la nave central, de mayor altura, de las laterales. Hasta allí, anualmente, acuden miles de devotos a rezar sus oraciones a Araceli y pedirle por sus desvelos, y desde 2014, es también lugar de indulgencia plenaria, o perdón de los pecados, para todos aquellos fieles que acuden en peregrinación bajo las condiciones de confesión sacramental, comunión eucarística y oración por el Sumo Pontífice. Considerado el centro de peregrinación mariana más importante de la diócesis, durante el pasado año acudieron en torno a los 4.000 devotos según se refleja en el libro de visitas del santuario.
Pero no ha sido hasta ahora cuando los terrenos en los que se alza el citado templo han pasado a formar parte de la Fundación Obra Pía de María Santísima de Araceli, gracias a la cesión por parte de Concepción de Mora Escudero, propietaria de las fincas El Rincón de Mingo Ramiro y el Monte del Rincón, de ocho áreas y diez centiáreas de superficie y cinco áreas y 76 centiáreas, ubicadas en plena Sierra de Aras y dentro de las cuales se ubica la cima de Aras. No obstante, el hermano mayor de la archicofradía fundada en 1563 y que obtiene el título de Real en el año 2008 aunque extraoficialmente lo ostentaba desde 1985, Rafael Ramírez, explicó a El Día que "hace un tiempo se donaron los terrenos donde se ubican los merenderos en el santuario con objeto de poder realizar unas obras, pero quedaba pendiente la cesión completa que ahora se ha realizado". La carretera mediante la que se accede al santuario es pública.
La Fundación Obra Pía, institución que junto a la real archicofradía y la vocalía de juventud componen el complejo engranado estamental que rodean a María Santísima de Araceli, es la institución titular de todas las propiedades de la Virgen entre las que se encuentran, además del santuario, la casa-museo ubicada en la calle Maquedano y bendecida en 1990, unas 12 aranzadas de olivos que se encuentran arrendadas y todo el patrimonio de vestiduras, platería, mantos, tronos y joyas que posee la patrona, además de la propia talla, de un valor incalculable. Esta institución, creada a principios de siglo para velar por la conservación del patrimonio aracelitano al margen de que en su día exista o no la institución cofrade, está presidida por el obispo de la diócesis y por un representante de cada una de las parroquias del municipio, junto a tres miembros de la real archicofradía y la camarera de la misma.
De Mora dijo sentirse "feliz y tranquila de poder haber donado en vida lo que a Lucena entera le pertenece" y recordó cómo, precisamente en los terrenos de su propiedad fue donde el padre del citado II marqués de Comares, Diego Fernández de Córdoba y Arellano, derrotó e hizo preso al rey Boabdil en los márgenes del arroyo Martín González en abril de 1483, trasladándolo posteriormente al Castillo del Moral lucentino. Para la vecina lucentina fiel devota de "Nuestra Madre, mis padres siempre pensaron que lo que era de ellos era de la Virgen, pero nunca cedieron los terrenos por entender que no era necesario. Ahora que mi marido y yo no tenemos hijos, hemos entendido que si nuestra intención es que la tierra que pisa Araceli sea completamente suya, el mejor modo era formalizando dicha situación. A nosotros nos ha llenado de alegría realizar esta cesión". En su día, la familia también donó al Consistorio lucentino los terrenos donde se encuentra el yacimiento arqueológico de la Cueva del Ángel, por tiempo indefinido mientras su uso se destine a la investigación y las visitas turísticas.
Ramírez subrayó su "agradecimiento a la familia por esta donación tan importante para los aracelitanos" y resaltó la intención de realizar un "merecido reconocimiento a los donantes y ubicar una placa conmemorativa para que quede constancia en un futuro". Por su parte, desde la Obra Pía, Agustín Antrás señaló que "se ha formalizado algo que ya de hecho estaba cedido, pero estaba sin documentar. El santuario siempre había sido de la Obra Pía, aunque hasta ahora no se haya inscrito formalmente, y de hecho la explanada ya estaba cedida. Es una tranquilidad para todos el que se haya formalizado esta cesión". Agradeció a la familia "este hecho que ha partido de ellos mismos y con el que se han volcado desde el inicio".
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