Enresa plantea duplicar la capacidad de residuos radiactivos en El Cabril

El almacén nuclear que la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) gestiona en El Cabril, en el término municipal de Hornachuelos, estará lleno a principios de la próxima década. Para ampliar la capacidad del recinto, el presidente de la entidad, Francisco Gil Ortega, anunció ayer la intención de duplicar la capacidad actual de la infraestructura, lo que supone construir 28 celdas -el mismo número que las existentes ahora- para residuos de media y baja actividad. Gil Ortega realizó este anuncio durante un desayuno informativo en Madrid.

El Cabril, según añadió, asume el 80% del desmantelamiento de las centrales y otras actividades, para lo que dispone de una capacidad de 50.000 metros cúbicos, de los que ya están ocupados 30.000, el 70% del total. En cuanto al espacio para los residuos de muy baja actividad, que alberga la celda 29, también será ampliado próximamente, ya que se ha iniciado la construcción de la celda 30. Gil Ortega puso a El Cabril como ejemplo de transparencia por su política de puertas abiertas, pues los cordobeses -explicó- han podido comprobar que la radiactividad ambiental actual es "idéntica" a la que había antes de construir el almacén.

El director de la División Técnica de Enresa, Alvaro Rodríguez Beceiro, avanzó a El Día que el objetivo es que la obra arranque en el plazo de un año, por lo que la empresa que gestiona el almacén baraja ya varios emplazamientos para construir las nuevas celdas, siempre dentro de la misma finca, para que puedan empezar a almacenar en el año 2021. Rodríguez Beceiro explicó que la capacidad de almacenaje actual es de sólo 50.000 metros cúbicos de media y baja actividad y de 130.000 metros para muy baja. "Tenemos exceso de espacio para los segundos y defecto para los primeros", dijo. La previsión "de máximos" para los próximos 40 años, con el desmantelamiento de centrales nucleares, es de 180.000 metros cúbicos de baja y media y de 90.000 de muy baja.

Ante esta perspectiva, el programa de reducción de residuos puesto en marcha por las administraciones no será suficiente, de ahí la necesidad de agrandar el almacén, expuso. Aclaró, no obstante, que la ampliación será volumétrica, "pero no radiológica", de manera que "en ningún caso" se superará la radiactividad histórica prevista para la instalación cuando se planteó hace ya varias décadas. En cuanto a las obras en sí, Rodríguez Beceiro dijo que se limitarán a la construcción de las celdas, pues los servicios auxiliares y centrales serán los que ya se encuentran en funcionamiento. El responsable de Enresa no pudo concretar a cuánto ascenderá la inversión.

El anuncio de Enresa en Madrid pilló por sorpresa a la alcaldesa de Hornachuelos, María del Carmen Murillo (PSOE), quien aseguró que aún no ha mantenido ninguna reunión con los responsables de la empresa ni estos han presentado propuesta alguna en el Ayuntamiento. En todo caso, Murillo se mostró partidaria a la ampliación del recinto siempre que exista una contraprestación económica para el municipio. La regidora, en concreto, planteó la necesidad de retomar el antiguo convenio, que fijaba en 6,6 millones de euros la contraprestación en el plazo de una década.

También reivindicó la alcaldesa que El Cabril se grave con el impuesto de características especiales, lo que supondría para Hornachuelos el pago de una cuantía anual que rondaría los 700.000 euros. "Hay que pelearlo. Este dinero es necesario en la localidad en un momento de especiales dificultades económicas, pues ayudaría a crear empleo", dijo. Murillo también pidió a la dirección de El Cabril que recupere la "sensibilidad" con los vecinos de la que hacía gala hace años, pues "se está perdiendo". En cuanto al posible debate que podría reabrirse ahora a raíz del anuncio de la ampliación de la base, destacó que El Cabril lleva ya en funcionamiento 25 años y los residuos "están bien gestionados y ubicados".