El Guijo es ya, oficialmente, el pueblo más pequeño de Córdoba: tiene 340 vecinos, cuatro menos que el año pasado, según los datos oficiales del censo publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE) referidos a 1 de enero de 2023. La localidad de Los Pedroches desbanca de esta posición a Fuente La Lancha, ahora con 354 residentes tras, milagrosamente, ganar 25 en solo un año. La información ha causado estupefacción entre los guijeños, que representan como nadie en Córdoba lo que supone el fenómeno de la despoblación.

"¿Quién se va a querer ir a vivir a un pueblo?", reflexiona al otro lado del teléfono el alcalde y hombre para todo en el Ayuntamiento, Jesús Fernández Aperador (PP), mientras intenta buscar las palabras precisas a la pregunta de cómo se vive en El Guijo, en el límite entre Andalucía y Castilla La Mancha.

Ahora vuelven a tener cajero automático, cuentan con gimnasio, colegio, consultorio médico y, pronto, con un pabellón multiusos; los vecinos y los distintos colectivos mantienen muy viva la agenda de actividades, y el Ayuntamiento aplica numerosas bonificaciones en los impuestos y las tasas para que la gente se quede..., enumera el primer edil. Córdoba capital queda a una hora y cuarto por carretera nacional aunque para los vecinos la referencia es Pozoblanco, a 20 minutos en coche. Ahí están el hospital, los principales servicios, los bancos, el instituto y los grandes comercios.

"Se habla mucho de la lucha contra la despoblación, pero la realidad es que recibimos muy poca ayuda de las administraciones para que esta situación cambie", afirma el primer edil, quien considera que el principal problema de la localidad es la falta de oportunidades labores. Actualmente, una decena de jóvenes participan en un Programa de Empleo y Formación de Albañilería y Acabados y el alcalde confía en que esto les asegure su futuro en la localidad, pues el Ayuntamiento incluso ha tenido problemas para encontrar a oficiales para las obras del Programa de Fomento del Empleo Agrario (PFEA). "Hemos planteado crear una cooperativa de construcción", aventura.

El Consistorio también trabaja en habilitar una zona industrial -actualmente no existe esta categoría de suelo- y ultima una ampliación de plazas en la residencia de mayores, que a fecha actual es la principal fuente de creación de empleo femenino. Sin olvidar la ganadería que siempre ha sido su principal sustento económico, El Guijo también apunta a un futuro ligado al turismo rural, como explica el primer edil. 

Para ello, el Ayuntamiento está recuperando el yacimiento romano de Majadaiglesia y en enero confía en abrir el centro de recepción de visitantes. De manera pararela, configurará una agenda mensual para atraer visitas. Fernández Aperador también quiere resolver pronto la carencia de alojamientos rurales, pues actualmente no hay posibilidad de que los turistas pernocten en la localidad "pese a la demanda". 

El otro gran problema es la vivienda para que los jóvenes se queden, reconoce. Hace un par de año, el Ayuntamiento contabilizó 41 casas y solares abandonados que requerían de intervenciones urgentes para evitar problemas de salud pública o peligros de derrumbes. Había fachadas con riesgo evidente de venirse abajo, tejados a los que se les veían los agujeros y solares en los que proliferaban "plagas de culebras y ratas", como reconocía entonces el primer edil, quien emitió un bando en el que avisaba a los propietarios de la necesidad de poner una solución.

Y luego, claro está, se encuentra el problema de la falta de agua potable, que se alarga ya seis meses como en todo el Norte de Córdoba y que, como dice el primer edil, ayuda poco a que quieran asentarse nuevas familias o nómadas digitales. 

Pueblos vacíos, pueblos "olvidados"

Plaza principal de El Guijo.

El Guijo es una de las más de 80 localidades que hace un par de años integraron la plataforma Provincia 51, un movimiento “espontáneo” que nació de la “necesidad y del olvido” y que aglutinó a localidades de cuatro provincias y tres comunidades autónomas que representan a unos 200.000 habitantes. Los representantes políticos de estas zonas exigen un giro de 180 grados en las políticas actuales que favorecen la concentración de las actividades económicos en las grandes ciudades potenciando cuestiones como el encarecimiento de la vivienda o la insostenibilidad medioambiental. 

Estos motivos les llevaron a reclamar ser declarados “zonas rurales a revitalizar” al amparo de la Ley para el desarrollo sostenible del Medio Rural. De igual manera, el manifiesto fundacional recogía una serie de reivindicaciones para las que se seguirá una hoja de ruta definida.

Esas peticiones hacían mención a cambios legislativos centrados en la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas en cuanto a su aplicación en municipios inferiores a 20.000 habitantes; leyes que obliguen a las entidades bancarias al mantenimiento de las oficinas bancarias en los municipios de ámbito rural, o cambios legislativos en cuanto a las normas urbanísticas para que se legisle con normas aplicadas de forma específica para el ámbito rural y su realidad. También propusieron nuevas medidas fiscales y de Seguridad Social, fundamentalmente, en forma de bonificaciones para facilitar el asentamiento de población en el mundo rural. Poco de todo esto se ha materializado.