El Consistorio necesita tres millones para acabar la obra de Bodegas Víbora

El Ayuntamiento de Lucena necesitará hasta tres millones de euros para poder terminar las Bodegas Víbora. Así lo puso de manifiesto ayer el concejal de Innovación y Desarrollo Local, Manuel Lara Cantizani (PSOE), quien en una visita al inmueble tras la finalización de la escuela taller Bodegas-Nuevas Oportunidades, señaló que las obras han quedado en torno al 50% de ejecución, ya que se han realizado otras actuaciones no previstas y dada la complejidad de la intervención acometida se optó por solicitar al Servicio Andaluz de Empleo (SAE) un cambio en los objetivos de la escuela taller.

Por este motivo y a pesar de que se ha trabajado en ella durante los últimos dos años, las Bodegas Víbora, un edificio datado en el siglo XIX, que cuenta con protección en el Plan General de Ordenación Urbana, y que costó al Consistorio 1,5 millones de euros en 2007, no pueden ser usadas para nada.

Por ello y ante la imposibilidad de conseguir esos tres millones de euros, el Consistorio tiene un proyecto para encapsular el edificio envolviéndolo con una estructura metálica, una actuación valorada en 250.000 euros y que ha sido incluida entre los proyectos presentados para que se realicen con cargo a los Planes Provinciales de la Diputación.

La rehabilitación de este edificio ya provocó una fuerte polémica en la sesión plenaria del pasado 30 de noviembre celebrada en Lucena, debido al incumplimiento de los objetivos de la citada escuela taller. En aquella ocasión, el debate se generó en el punto en el que se debía aprobar una modificación de crédito del presupuesto del Ayuntamiento por medio de unas transferencias para hacer frente a los gastos imprevistos de la citada escuela taller. Y es que la actuación, a la que se han transferido 50.000 euros que estaban reservados para una modificación en el nuevo estadio Ciudad de Lucena , concluye este mes de diciembre y sin que el edificio esté rehabilitado. Es más, según expuso el portavoz del PPr, José María Morillo-Velarde, incluso rebajándose las pretensiones de la escuela taller al 50%, no ha sido posible el cumplimiento de los objetivos previstos. En aquella sesión plenaria, Lara Cantizani justificó los retrasos en los múltiples problemas que ha tenido el desarrollo de la obra y reconoció que cuando se comenzó a restaurar el edificio "nos dimos cuenta de que estaba en peor estado de los esperado, no había agua y tenía amianto".