Campiña Sur

Condenado un vecino de La Rambla a dos años de cárcel por agredir a su abuela, a un guardia civil y a dos policías locales

Una patrulla de la Guardia Civil de La Rambla.

Una patrulla de la Guardia Civil de La Rambla. / El Día

El Juzgado de lo Penal número 2 de Córdoba ha condenado a un vecino de La Rambla como autor de un delito de violencia doméstica, otro de atentado a la autoridad, otro de lesiones y dos delitos leves de lesiones, por los que se le imponen penas que suman más de dos años de prisión y más de dos años de internamiento en centro de salud mental o de tratamiento de sus adicciones, así como a indemnizar al agente agredido con 7.700 euros por las lesiones causadas. El guardia  ha sido representado por los servicios jurídicos de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).

Los hechos tuvieron lugar en julio de 2020, cuando el acusado amenazó y agredió a su abuela, con la que residía, para que le diera dinero con el que comprar droga, y al personarse el guardia civil y dos policías locales de La Rambla empujó a uno de ellos y se mostró muy agresivo contra los tres agentes, causándoles diversas lesiones mientras intentaban reducirle para proceder a su detención.

A los dos policías locales les produjo lesiones leves por las que debe indemnizarles con cantidades que suman 270 euros, pero al guardia civil le causó lesiones más graves por las que incluso tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, y consecuentemente la indemnización para dicho agente supera los 7.700 euros.

El abogado Álvaro Moreno, que ha asistido al agente, ha declarado que “estos hechos y otros similares que se producen habitualmente corroboran lo que AUGC lleva años denunciando, que existe una tendencia al alza en las agresiones contra guardias civiles en la provincia de Córdoba y a nivel nacional, por lo que nuestro bufete seguirá colaborando activamente para defender los intereses de los agentes en situaciones como esta”.

AUGC ha insistido en que deben agravarse las penas por agresiones a guardias civiles y reforzarse la protección jurídica, pero además debe dotarse a los agentes del suficiente material de defensa y protección, como son los chalecos balísticos ergonómicos y de uso individualizado, así como las pistolas táser. La situación en la calle evoluciona continuamente a peor y los agentes se convierten en blanco de los delincuentes, que saben lo barato que les sale agredirles, con penas irrisorias e indemnizaciones que en la mayoría de los casos no se pagan al declararse insolventes los agresores.

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