El día amaneció frío y seco en Los Pedroches, sin una nube, lo que hacía la jornada ideal para la celebración del ritual de la matanza ya que la humedad es enemiga de la curación de los jamones, las paletas, los lomos y el embutido. Con este ambiente, cientos de personas se congregaron ayer en la plaza de España de Villanueva de Córdoba para contemplar todo el ritual de despiece, aliñado y embuchado de las carnes del cerdo ibérico de bellota, el tótem gastronómico de la dehesa.

Desde las 11:30, los matarifes y el grupo de matanceras que habitualmente cumplen con la tradición comenzaron su laboriosa función, que va de la banqueta, donde los maestros del cuchillo van obteniendo las piezas (carnes nobles, grasa y casquería), a la artesa, donde se mezcla la carne picada y se aliña antes de pasar por el embudo que la conduce a la tripa. La plaza se animó pronto y las carpas habilitadas como bar empezaron a servir molondrosco, la mezcla aliñada de la morcilla, y parrilladas de carne, entre otros suculentos manjares ibéricos. A las 14:00 el lleno de la plaza y del refugio era absoluto.

La matancera de honor de este año, Hortensia López Martín, destacó que siempre ha vivido pegada al cerdo ibérico. Ha sido su vida porque hasta la carnicería familiar, Cárnicas Hortensia, lleva su nombre. Llegó a Villanueva de Córdoba procedente de Salamanca en los años 60 y desde entonces su familia ha vivido vinculada a esta tradición y a esta cultura en Los Pedroches. Hortensia aseguró que lo más importante en la matanza es la higiene, el orden y que las tareas se realicen de forma gradual, sin prisas y conscientes de que es un ritual con unos pasos muy marcados, a la vez que recordó los tiempos en los que se realizaba en las casas.

La alcaldesa de Villanueva de Córdoba, Dolores Sánchez, destacó que este año se han incrementado las actividades paralelas a la fiesta de la matanza y se ha notado un aumento del público, a lo que también ha contribuido que el día estuviera soleado. En esa línea, reseñó las actividades que cuentan con la participación activa de mujeres, que "siempre han sido las protagonistas de la matanza". Para la alcaldesa, esta fiesta es una de las citas más importantes del año en Villanueva por la trascendencia que tiene en este territorio todo lo vinculado con el cerdo ibérico.

Las visitas guiadas fueron una de las actividades que más éxito y seguimiento tuvieron, según expresó el concejal de Turismo, Gabriel Duque, quien resaltó que los grupos con visita concertada a través de la Oficina de Turismo procedieron de Jaén, Málaga, Sevilla y Córdoba capital. Hay que tener en cuenta, apuntó Duque, que "pasada la parte más dura del invierno, hay ganas de fiesta y por ello hemos planteado un programa para todo el día".

La música es fundamental en la ambientación del día de la matanza. Este año con más aliciente si cabe gracias a la presencia de Jara y Granito, Antonio de Pozoblanco, la charanga Pata Negra y el grupo Abril. Y mientras tanto, todos los asistentes optaron al sorteo del apadrinamiento de un cerdo ibérico de bellota, una iniciativa que se puso en marcha el año pasado con notable éxito por la expectación que levanta.

El mercado, integrado por 22 puestos y repartido entre la plaza de España y el Refugio, fue el centro de compras de productos artesanales y agroalimentarios y de degustaciones y talleres. De hecho, medio centenar de niños se inscribieron en la actividad que dirigieron los matarifes y las matanceras mientras que las mujeres de las Asociación Nuevo Amanecer repartieron decenas de raciones de carrillada en salsa.