Autorizan el tratamiento de restos de muy baja intensidad en El Cabril

La nueva estructura de Enresa tiene una capacidad de 33.000 metros cúbicos

Edificio que acogerá los restos radiactivos de muy baja intensidad en la cental de El Cabril.
Edificio que acogerá los restos radiactivos de muy baja intensidad en la cental de El Cabril.
El Día / J. R. A.

24 de julio 2008 - 05:01

El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio comunicó ayer a Enresa la concesión de la autorización para la puesta en marcha de la instalación complementaria para el almacenamiento de residuos radiactivos de muy baja actividad de El Cabril (Hornachuelos), tras el informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear.

Enresa, que es la empresa gestora del centro, finalizó a principios de este año la construcción de la primera estructura de la instalación complementaria de El Cabril para residuos radiactivos de muy baja actividad, procedentes de incidentes en acerías -como los sucedidos en Acerinox o Siderúrgica Sevillana en 1998 y 2001- o del desmantelamiento de centrales nucleares, entre otros.

Esta estructura para residuos de muy baja actividad es la primera de un total de cuatro que se construirán de forma gradual y que proporcionarán a El Cabril la capacidad suficiente para almacenar los residuos radiactivos de baja y media actividad que se generen en España.

La sociedad que gestiona las instalaciones de Hornachuelos asegura que la entrada en funcionamiento de esta estructura supone "uno de los logros más importantes de Enresa, que da respuesta a diversas resoluciones parlamentarias destinadas a que España dispusiera, al igual que otros países, de una instalación específica para este tipo de residuos, de escasa contaminación radiológica, de forma que no supusiera una pérdida del valor estratégico de las estructuras de almacenamiento disponibles para residuos de mayor actividad".

La solución que aporta Enresa a los residuos radiactivos de muy baja actividad es tecnológicamente distinta a la de los residuos de baja y media actividad, ya que debido a las características de estos materiales, las barreras de hormigón son innecesarias. La nueva estructura que entrará en funcionamiento próximamente tiene una capacidad de 33.000 metros cúbicos y para su operación Enresa dispone de un edificio específico para la manipulación y acondicionamiento de este tipo de residuos, denominado edificio tecnológico. El diseño prevé una durabilidad y eficacia de las barreras de aislamiento de estos materiales superior a los 60 años, que es el tiempo que se requiere para que la radiactividad decaiga a niveles del fondo natural. Esta instalación es la llamada celda 29 del complejo.

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