Subbética

Autoconfinamiento en Palenciana contra una expansión indetectable del coronavirus

  • El Ayuntamiento cierra parques y jardines y suspende el mercadillo ambulante

  • El alcalde reclama a la Junta aportaciones económicas para desarrollar las tareas de desinfección

Uno de los parques clausurados de Palenciana.

Uno de los parques clausurados de Palenciana. / El Día

Obligaciones laborales, necesidades inaplazables y adquisiciones básicas. Son las tres excepciones desacopladas del “autoconfinamiento” reclamado por el alcalde, Gonzalo Ariza (PSOE), a los vecinos de Palenciana. En esta segunda oleada de la pandemia, el coronavirus ya zarandeó la convivencia de este municipio de 1.500 habitantes a finales de agosto, con hasta 16 casos activos. Semanas después, perfilados altibajos, con distintas oscilaciones, la coyuntura sanitaria se agrava, con una tasa de incidencia, por 100.000 habitantes, empinada hasta los 879 positivos.

La inexistencia de un origen común y la desconexión entre las ramificaciones de una transmisión actualmente indescifrable suscitan una “preocupación mayor” en el propio primer edil. El único foco específico localizado procede, como en numerosos municipios de la zona sur de la geografía cordobesa, de celebraciones privadas. Los orígenes del resto de infecciones –hasta 13 en los últimos 14 días, la cifra global asciende a 34- carecen de “una explicación lógica”, reconoce Ariza, expresando, gráficamente, que “el puñetero bicho este nadie sabe de dónde se coge ni por quién lo contraemos”.

La dispar raíz de los contagios provoca que los círculos de contactos directos asociados a los contagios implique, prácticamente, a la totalidad de los habitantes de la localidad. Es la principal motivo que esgrime el alcalde al justificar la petición de un autoconfinamiento, en un período comprendido entre los 14 y los 20 días, con la finalidad de que “los que ahora tienen la enfermedad reciban el alta”.

Actualmente, a salvo de alguna casuística particular, los infectados “avanzan” favorablemente y, en unos cinco días, como máximo, superarán los tiempos preventivos sin incidencias reseñables.

El cierre permanente de los parques y jardines y la suspensión del mercadillo ambulante significan la imposición de las últimas limitaciones que contempla la autonomía municipal. Desde finales de agosto, el Ayuntamiento, progresivamente, ha clausurado edificios públicos, reduciéndose, además, el horario de la casa consistorial y el centro Guadalinfo.

La mascarilla incluso en los domicilios

La progresión del covid-19 se agudiza, incumbiendo a diferentes esferas. Un positivo de un alumno ha deparado la clausura de un aula del primer curso de ESO del colegio San José. El regidor denuncia que, en un principio, Salud únicamente prescribía el aislamiento de los alumnos situados en la clase a dos metros del afectado y, sólo, “tras muchas llamadas”, accedieron a “confinar” a todos los escolares.

Ante un panorama de inquietud rampante, Gonzalo Ariza pide a sus convecinos contraer al “a lo más elemental posible” la rutina diaria, prescindiendo de encuentros familiares o reuniones festivas.

Reivindica, además, “recursos económicos” a la Junta de Andalucía que afiancen las tareas de desinfección e higienización. El Ayuntamiento ya ha preparado un catálogo de demandas formales, dirigidas a la administración autonómica, que remitirán a las instancias correspondientes si se intensifica la evolución negativa de la emergencia sanitaria. Entre otras propuestas, se requeriría un cribado masivo.

“La única barrera” contra la pandemia, incide Ariza, es el uso de la mascarilla –incluso en los domicilios-, la distancia de seguridad y el uso de geles hidroalcohólicos.

Para concluir, el político socialista admite que ante las insuficientes “herramientas” brindadas por las administraciones superiores a los Ayuntamientos, a fin de ejercer “controles más férreos”, quienes “están más cerca de los ciudadanos, viven “angustias muy grandes”.

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