Asaja alerta de graves daños en 132.000 hectáreas de pinar causados por la procesionaria
La organización advierte de daños para la salud pública y reclama a la Junta que tome conciencia y autorice los tratamientos
El presidente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, informó ayer de que las agrupaciones de defensa forestal (ADF) de Villaviciosa, Hornachuelos, Montoro, Cardeña, Córdoba, Posadas y Almodóvar del Río, gestionadas por Asaja, han puesto de manifiesto la "grave situación" de la plaga de procesionaria en los pinos y el riesgo para la salud pública de las personas que viven y trabajan en el medio rural.
En total, estas ADF aglutinan a 385 propietarios de terrenos forestales que representan una superficie forestal de 132.000 hectáreas y han mostrado una "enorme preocupación" respecto a la plaga de la procesionaria de los pinos causada por la climatología favorable que se está dando este otoño e invierno para las orugas.
Más allá de los daños que la oruga pueda causar como plaga forestal, Fernández de Mesa subrayó que se debe tener en cuenta "el riesgo hacia la salud pública" que ésta supone hacia las personas que trabajan o desarrollan actividades deportivas o de ocio en zonas de pinares, que en los ambientes rurales son miles. La oruga tiene pelos urticantes de pequeño tamaño, que se desprenden con facilidad y pueden ser transportados por el viento.
Estos pelos pueden producir distintas patologías, entre las que destaca la afectación cutánea que se manifiesta fundamentalmente como urticaria de contacto y dermatitis papulosa. También son capaces de clavarse e irritar la mucosa conjuntival y de penetrar en la vía respiratoria produciendo manifestaciones a este nivel. En los últimos años se han descrito varios casos de reacciones anafilácticas por este insecto.
Asaja reclamó a la administración que tome conciencia de este "grave problema", que se acentúa teniendo en cuenta la prohibición genérica de los tratamientos aéreos. La organización recordó que son los "únicos válidos" para actuar en terrenos forestales, donde los medios terrestres no pueden actuar.
La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es un lepidóptero que supone plaga para los pinos del Sur y Centro de Europa. Las orugas de esta especie, cuando eclosionan los huevos depositados en las copas de los pinos, comen las hojas y producen terribles defoliaciones en los árboles y los graves daños vegetativos para los árboles. Las colonias de orugas construyen conjuntamente bolsas de seda en las copas con función de refugio colectivo, que se aprecian muy bien a la vista; al cabo de 30 días, descienden al suelo en fila india.
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