Tribuna

José Luis Vidal Soler

Ecónomo de la Diócesis de Córdoba

Las cuentas de un año extraordinario

Las cuentas de un año extraordinario Las cuentas de un año extraordinario

Las cuentas de un año extraordinario

El año 2020 ha sido el más excepcional que se recuerda en décadas; la pandemia provocó la práctica paralización de las actividades sacramentales de nuestras parroquias y provocó que nuestras instituciones se volcaran en las tareas asistenciales, mientras la extremada generosidad de los fieles, ha provocado que no existiera una gran diferencia con relación al año anterior.

En los peores momentos del confinamiento, el pueblo cristiano de Córdoba ha mostrado su compromiso con la Iglesia y con las necesidades tan perentorias que surgían en relación con los más necesitados; para ello, por los medios técnicos que se habilitaron, nuestras parroquias, fundamentalmente, pudieron estar cercanos a los que más sufrían. Además, las distintas instituciones diocesanas han realizado un enorme esfuerzo en la contención del gasto, aplazando necesidades no vinculadas a las personas y priorizando toda atención asistencial.

Sin duda alguna, la circunstancia más excepcional del año se ha vivido en el seno de nuestras parroquias; estas se han tenido que volcar en la labor asistencial, recortando en todo lo relacionado con gasto corriente y en previsión de las tareas que deben acometerse durante el presente año por las consecuencias de la pandemia. Todo este esfuerzo de contención del gasto ha conseguido que las parroquias obtengan un resultado positivo de más de 600.000 euros, lo que compensa las pérdidas de años anteriores: 103.226,06 euros en 2018 y 398.730 en 2019. Y permite a las parroquias enfrentarse a las necesidades asistenciales de 2021 y a la obligación de volver a enfrentar la devolución de los préstamos en moratoria temporal.

En los datos consolidados de todas las entidades diocesanas, el total de ingresos ascendió a 22.145.070 euros, con unos gastos de 21.577.113. Los ingresos se mantuvieron en términos muy semejantes a los del año anterior, siendo muy significativo en cuanto a las aportaciones voluntarias de los fieles, con una mínima disminución de 80.000 euros. La excepción, directamente imputable a la pandemia, es la brusca disminución de ingresos con motivo de los sacramentos y actividades diocesanas, con una caída de 1.400.000 euros, de 4,2 a 2,8 millones de euros. También caen, en más de 300.000 euros, los ingresos excepcionales, provenientes de ventas de patrimonio, herencias, etc., cuyo mayor importe, además, corresponde al propio Fondo Común Diocesano. Por el capítulo de gastos, se produce una disminución global de más de un millón de euros, debido a la austeridad implantada ante lo imprevisible de la situación; durante casi seis meses, la actividad no asistencial estuvo prácticamente parada.

Las actividades pastorales y los gastos de conservación y costes ordinarios se vieron afectados; no obstante, se destinaron a actividades pastorales más de 7,6 millones de euros; de los que 3,47 millones se destinaron directamente a la atención de los necesitados.

Los gastos de mero funcionamiento y reparaciones alcanzaron los 5,2 millones; por último, los programas de rehabilitación de templos y dependencias llegaron hasta los 2,4 millones. En este capítulo, debe insistirse en el elevado coste que el mantenimiento del patrimonio eclesiástico supone, especialmente desde el propio Obispado, lo que incidirá especialmente en su presupuesto de 2021.

En cuanto al Fondo Común Diocesano, los ingresos fueron de 9.798.911 euros, frente a los gastos de 9.345.056 euros. En los ingresos del Obispado, las aportaciones directas de los fieles son menores que en el resto de instituciones diocesanas, suponiendo solo un 2,78 %. Y es en esta institución donde se ingresa la llamada asignación tributaria, con un 43,61 % del total de ingresos.

Las verdaderas consecuencias de la pandemia afectan al Obispado en el año presente; para este 2021, se tiene previsto un déficit de 741.625,12 euros. Y ello porque los ingresos previstos bajarán un 24,34%; por el contrario, los gastos solo bajarán en un 12,73%. Se tienen previstos unos gastos en actividades pastorales y asistenciales por valor de 1.837.297 euros, mientras que las obras de rehabilitación de templos y casas rectorales ascenderán a 1.927.244 euros. Este esfuerzo no podría realizarse sin el resultado positivo de 2020, que se reinvierte en su totalidad en dichas actividades pastorales y de reparación.

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