
Claramente
Me he pensado muy mucho el escribir sobre la canción despechada que Shakira ha lanzado al mundo sideral y terrenal por no saturar, por no repetir o por ser original, pero me ha sido imposible, lo reconozco. Me ha pasado como a los concursantes de aquel programa sobre Chiquito de la Calzada, era imposible no imitarlo.
Y es que si no tenemos en cuenta, ya que ellos, los grandes protagonistas, sus padres, son los primeros que no los han tenido en cuenta, que existen unos hijos, que no tendrían que ver y, sobre todo, escuchar ciertas cosas, hay que reconocer que el asunto es divertido. Y no porque Shakira haya sido especialmente imaginativa, que no, porque la historia de la música, desde Mozart hasta Rocío Jurado, está repleta de composiciones vengativas, rencorosas, de verdaderos ajustes de cuentas, con mayor o menor afinación, imaginación y talento. No es imaginativa la palabra, no, bien podríamos decir que Shakira ha sido más "directa", más clara y precisa en su despecho, en mostrarnos muy clara-mente la diana, o dianas, sobre las que arrojado sus dardos.
Y es que si comparamos el Ese hombre de la Jurado con la de Shakira (y cuyo título nadie conoce o es capaz de memorizar), la de la chipionera parte de la suposición, la mayoría entendemos que debe estar dedicada a su ex marido, Pedro Carrasco, por simple deducción, y que es un gran necio, un estúpido engreído, egoísta y caprichoso, un payaso vanidoso, inconsciente y presumido, falso, enano, rencoroso, que no tiene corazón, pero al escuchar la de la colombiana no hacen falta las suposiciones, es obvio que está dedicada a Piqué y su nueva novia. Yo imagino, doy por hecho, más bien, que si Rocío Jurado hubiera presentado su canción en este tiempo de tik tok, redes sociales y memes a mansalva, como poco habría empatado con la de Shakira, que de momento lo está arrasando.
Clara-mente, eso nunca se lo podremos agradecer lo suficiente a Shakira, nunca, el que haya provocado e inspirado tal cantidad de memes, versiones, reconversiones e interpretaciones de su ya célebre (e impronunciable) canción. ¿Qué sería de nosotros sin los memes? Esa versión 3.0 de no tomarnos nunca nada en serio, de saber sacar extraer una sonrisa del hecho más triste, grotesco o lamentable. Porque da juego, clara-mente, que lo del Twingo, el Casio y el Rolex ha dado para mucho, sobre todo gracias a las respuestas de las marcas, así como de personas anónimas.
Me llamó mucho la atención, me gustó, lo que escribió una tuitera en su cuenta: las mujeres autónomas lloramos y también facturamos, vino a escribir si mal no recuerdo. O el sorprendente y repentino apoyo en la misma red de la también despechada (políticamente, al menos) Macarena Olona, reiterando de forma evidente su absoluta admiración hacia la artista colombiana. Y tengo la impresión de que el gran ciclón no ha concluido, y que seguiremos viendo y escuchando versiones de la canción de marras, y hasta más y novedosas interpretaciones. Puede, y seguro que no exagero, que establezcamos lo sucedido como "hacer un Shakira" en un futuro reciente, que mentores más frágiles ya hemos tenido y conocido a lo largo de los años.
Me ha llamado la atención las filias y fobias que ha provocado la colombiana con su canción, casi consiguiendo un duro enfrentamiento entre ambos bandos. Hasta políticos y, sobre todo, políticas de un lado y otro, y hasta las de ningún lado, se han manifestado sobre el hecho, convirtiéndose en el gran asunto nacional (o seguramente mundial), eclipsando a otros que nos afectan e interesan mucho más, o deberían hacerlo.
Pero no lo tomemos todo tan en serio, y adoptemos la postura del meme, que en numerosas ocasiones es la más inteligente y saludable. Sí que debemos tener presente, y no olvidar, que no entrando en juicios sobre la calidad de la copla citada, el poder de la música sigue siendo el que siempre fue. Aunque se abrace al chisme y al despecho, pero una canción a fin de cuentas. Y, clara-mente, todo el mundo ha hablado de ella.
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