El independentismo se envalentona con el indulto

Editorial

El indulto, lejos de servir para calmar la situación en Cataluña, ha excitado aún más a un soberanismo que se siente triunfador en su pulso con la Justicia española

24 de junio 2021 - 01:46

Por si a alguien le cabía alguna duda, los líderes independentistas condenados a prisión por el Tribunal Supremo por su papel en la organización del referéndum unilateral del 1-O dejaron ayer muy claro que, lejos de apaciguar sus ánimos con el indulto decretado por el Gobierno, piensan seguir echando más leña al fuego de la crispación en Cataluña. La puerta de la cárcel Lledoners se convirtió en el escenario de un auténtico aquelarre donde los líderes independentistas, que habían sido condenados por delitos gravísimos, se permitieron un discurso de alto voltaje que pretendía humillar al Gobierno y al Estado en general. Nadie pedía que los independentistas saliesen de la cárcel -a la que llegaron por la sentencia de un tribunal democrático- renegando de sus ideas y objetivos, pero ayer dejaron muy claro que piensan seguir echando un pulso al Estado de Derecho español. Después de lo visto, al Gobierno le va a resultar muy difícil convencer a la sociedad española que su apuesta por el indulto y la convocatoria de una "mesa de diálogo" no es una claudicación ante un independentismo catalán que cada vez está más envalentonado. A España le puede salir muy cara la dependencia de Pedro Sánchez del soberanismo para seguir en el sillón de La Moncloa. Así las cosas, habrá que estar muy pendientes de la evolución en los próximos tiempos de la mesa de diálogo. No son pocas las voces que temen que dicha negociación acabe en la concesión a Cataluña de algún tipo de privilegio fiscal, al estilo de los que disfrutan el País Vasco y Navarra, lo cual dañaría gravemente los intereses del resto de las comunidades autónomas. Por su tamaño, población y peso en la economía nacional, Cataluña es una pieza fundamental en el equilibrio territorial. Alterar éste puede llegar a ser desastroso. Pedro Sánchez debe tener muy claro lo volátil de la situación y no debería dar ningún paso trascendental sin contar con el apoyo del principal partido de la oposición. El indulto, lejos de servir para calmar la situación en Cataluña, ha excitado aún más a un soberanismo que, aunque muy dividido, se siente triunfador en su pulso con la Justicia española.

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