La financiación pendiente

Con la financiación autonómica en el centro del debate político a cuenta de las exigencias de los nacionalismos para facilitar el nuevo Gobierno, el centro de estudios Fedea ha publicado los datos de la liquidación del Ministerio de Hacienda a las comunidades autónomas en 2021. Como conclusión, resalta que únicamente tres de ellas, Madrid, Cataluña y Baleares, son contribuyentes netas al Sistema de Financiación Autonómica (SFA). El resto son deficitarias. Aunque el resultado colisiona con el tradicional discurso del agravio porque, en volumen, Madrid casi triplica a Cataluña en su aportación. El fondo se completa con las transferencias del estado y, en teoría, persigue que se garanticen en todo el país unos servicios públicos de calidad, independientemente de donde se resida. El SFA no incluye al País Vasco y Navarra, con conciertos económicos propios que les permite la Constitución. Andalucía necesitaría un 27% más de ingresos tributarios para cuadrar sus números. Ese año recibió recursos por más de 23.000 millones. El mayor volumen de todos pero con el que sólo sufraga el 94,3% de sus necesidades. Y, además, hay 13 comunidades autónomas que la superan en financiación por habitante: 2.793 euros frente a más de 3.000 euros en Extremadura y Baleares, por citar dos ejemplos. Que en España hay autonomías mucho más ricas que otras resulta obvio. Sólo hay que mirar el tramo autonómico de la recaudación por IRPF que en Madrid supone casi 12.500 millones, en Cataluña más de 11.700 y en la región más poblada de España 6.554. El esfuerzo por revertir estos desequilibrios que se han cronificado durante décadas debe ser prioritario. El sistema de financiación vigente, con una ley aprobada en 2009, hace tiempo que quedó desfasado. Pero en este escenario de gran turbulencia política no se pueden tomar decisiones. Sólo satisfarían urgencias de partido. Y menos para acentuar la desigualdad que ya impera.