Un curso de crispación

El balance del curso que hicieron ayer Gobierno y oposición es un episodio más del clima irrespirable que se ha instalado en la política española

Cada vez son más las voces de alarma que denuncian el irrespirable clima político que se ha instalado en España. Gobierno y oposición se relacionan en un permanente estado de crispación en el que cualquier acercamiento o acuerdo se muestra como un objetivo inalcanzable. Mientras, se eternizan sin avances situaciones, como la renovación de los órganos institucionales, que requerirían un mínimo consenso. La jornada de ayer, en la que el Ejecutivo de Pedro Sánchez y los principales partidos de la oposición hicieron balance del curso político que ahora acaba, no fue una excepción a esta falta de entendimiento y de enfrentamiento continuo. El discurso del presidente fue más propaganda y más autobombo. Según su balance, España ha superado la pandemia gracias a los altos niveles de vacunación y la recuperación económica empieza a ser una realidad palpable. Ni atisbo de autocrítica. El del líder de la oposición, Pablo Casado, presentó un país sumido en el desgobierno, rehén de los socios separatistas que mantienen artificialmente la mayoría parlamentaria del Ejecutivo, que no logra superar los efectos más nocivos de la pandemia y cuya economía sube algo porque antes bajó a plomo. Ni una propuesta constructiva, ni una oferta para acercar posiciones sobre las cuestiones que afectan al presente y al futuro del país. Nada que no estuviera en el guión y todo ello adobado por las consabidas descalificaciones del contrario. El curso termina sin un solo indicio de que el que empieza en septiembre vaya a traer un mínimo de racionalidad a la política española. Eso, de por sí, es grave y supone un debilitamiento objetivo del país. Pero es todavía más preocupante en un contexto de crisis sanitaria y económica, con el reto pendiente de un reparto adecuado y productivo de los fondos europeos, con la pandemia sin doblegar y con demasiadas incógnitas que amenazan el futuro más próximo. Y todo hace indicar que esta situación se va a eternizar porque los partidos han decidido pensar sólo en términos electorales y no en soluciones para el país. Empezamos a tener un problema muy serio.

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