Andalucía se contagia

13 de julio 2025 - 03:09

En los tres primeros años de la legislatura de Juanma Moreno con mayoría absoluta, la vida política andaluza ha transcurrido por cauces de normalidad institucional, que marcaban profundas diferencias con el caos y la crispación que presiden la vida nacional, sobre todo a partir de las elecciones generales de 2023. Desgraciadamente, parece poco probable que ese clima de sosiego, dentro de las profundas diferencias que separan a las fuerzas políticas, se mantenga durante el último año de mandato. Cada vez son más frecuentes en el Parlamento andaluz escaramuzas subidas de tono como la ocurrida esta semana durante la sesión de control, que llevó al presidente de la Junta a abandonar el hemiciclo. Concurren dos factores que no se pueden soslayar: por un lado, la cercanía de la convocatoria electoral exacerba las pasiones de los partidos y, por el otro, es casi imposible sustraerse al enrarecimiento de la vida política nacional en la que parece que ya todo vale para atacar al rival y en la que los casos de presunta corrupción que afectan al Gobierno y al PSOE provocan continuos episodios de enfrentamiento. A ello debe unirse el caos de los socialistas andaluces, que siguen sin encontrar un rumbo propio y una estrategia clara para recuperar espacio político. En este clima, Andalucía, sin llegar todavía a los niveles de paroxismo que se han visto estos días en el Congreso, empieza a contagiarse del ruido nacional. Ello solo puede traer un empobrecimiento del debate público, más necesario que nunca cuando los andaluces, si no se producen acontecimientos sobrevenidos, van a ser llamados a las urnas en menos de un año y cuando la región afronta retos de la importancia del que supone que se conceda a Cataluña un sistema de financiación privilegiada que significa un atentado contra Andalucía.

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