Calor extremo

Editorial

Las políticas municipales tienen que favorecer los espacios de vegetación y de sombra que hagan las ciudades más vivibles

21 de junio 2023 - 00:15

Coincidiendo en la práctica con la llegada del verano astronómico, Andalucía va a experimentar la primera gran ola de calor de la estación. Para este fin de semana se prevén en el Valle del Guadalquivir temperaturas máximas que van a superar con amplitud los 40 grados y noches tropicales con mínimas que no van a bajar de 24 ó 25. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) advierte de que se presenta un verano más caluroso de lo normal. Esa normalidad no se fija ya en lo que ocurría en los años sesenta o setenta del pasado siglo, sino en los registros de las dos primeras décadas de éste. Los veranos en nuestra zona presentan cada vez con mayor frecuencia episodios de calor extremo que se prolongan en el tiempo. Esta es una evidencia que sería absurdo negar y que se traduce en un alto número de circunstancias que afectan, en negativo, a la calidad de vida de los ciudadanos. Desde los efectos en la salud de muchas personas vulnerables hasta la proliferación de incendios forestales cada vez más violentos, desde los cortes de luz en muchos barrios de la región hasta la escasez de agua, las consecuencias de las altas temperaturas se hacen cada verano más evidentes. Este es un fenómeno que escapa al control de las administraciones más cercanas a las personas, como son las autonómicas y municipales. Pero sí se pueden poner en marcha medidas para hacerlo más soportable y paliar algunos de sus efectos. La vigilancia para prevenir los incendios en el monte es una responsabilidad en la que la Junta debe emplearse a fondo, como los ayuntamientos tienen que favorecer los espacios de vegetación y de sombra que hagan las ciudades más vivibles. El calor es una realidad con la que los andaluces hemos convivido desde siempre, pero en los últimos años su intensidad ha puesto a prueba el conocimiento adquirido durante generaciones.

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