Atraer población

Las comarcas de sierra del interior de Andalucía replican la misma crisis de pérdida de población que se denuncia en la España vaciada

La Junta de Andalucía ha identificado once comarcas de la región con riesgos claros de despoblación. Pertenecen en su totalidad a zonas de sierra alejadas del litoral, que arrastran desde hace décadas una sangría permanente de habitantes debido a que la falta de oportunidades económicas y profesionales hace emigrar a los jóvenes. Pero este problema no es sólo rural. También capitales como Jaén, Granada, Córdoba y Cádiz sufren, por razones diversas, descensos en sus padrones municipales. Andalucía no tiene un problema de pérdida poblacional como el que afecta a Castilla y León, Aragón y otras comunidades. Pero sí tiene zonas, las indicadas por la Junta en su estrategia de reto demográfico, que replican con bastante fidelidad el fenómeno de la España vaciada y donde se está produciendo también un movimiento social paralelo que desconfía de los grandes partidos políticos y crea formaciones localistas que miran con recelo hacia el poder autonómico. Es evidente que fijar población en zonas rurales es imposible sin una costosa política de inversión e incentivación económica que haga amigable la vida en pueblos pequeños del interior. A no ser que se quiera atajar el problema trayendo a población jubilada que busque entornos tranquilos y baratos. Quizás a este empeño responda el proyecto aprobado en el Consejo de Gobierno de esta semana para llamar la atención de posibles repobladores de toda Europa a los que se quiere convencer, mediante una web creada al efecto, de las bondades de la serranía andaluza. Salvando los dos siglos y medio que nos separan, la iniciativa recuerda a la Nuevas Poblaciones de Sierra Morena que puso en marcha, en plena Ilustración, Carlos III de la mano de Pablo de Olavide y que dio lugar, entre otros, a la creación de pueblos como La Carolina y La Carlota. En pleno siglo XXI este tipo de repoblamiento suena demasiado exótico, aunque tenga la virtualidad de poner encima de la mesa una cuestión que necesita un abordaje serio.

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