Vuelvo a opinar, vuelvo a escribir. Me gustaría volver original y ocurrente pero, me temo, vuelvo estándar, como me fui. Mantengo y comparto las mismas preocupaciones, en estos días centrada como todos, en la vuelta. La vuelta al trabajo con un nuevo nivel de incertidumbre, la vuelta a casa con el repaso a esas paredes y espacios que se convirtieron en guarida tantos días, meses atrás. Con una reforma mental siempre a mano de cara a eso que no queremos ni pensar, en más horas de estancia y uso de las habituales, en el despachito en casa, por lo que pueda pasar. Volvemos y vuelven nuestros vecinos. Mi vecina del segundo ha venido a saludar y a contarnos que ya ha vuelto de Los Boliches, puede que salude por lo que compartimos o por lo que puede que volvamos a compartir. De vuelta con la gran vuelta, la vuelta al cole, con más miedos e inseguridades, dudas nuevas y preocupaciones impensables en cursos pasados. Volvemos debatiéndonos aún con la compra o no del chándal de invierno, cuestionándonos la mascarilla más acertada y soportable durante tantas horas para ellos, la mejor consistencia y fluidez del gel o la textura y logística del neceser covid.

Bajo la radio cuando escucho el número de coles de Francia que han cerrado la primera semana, me estremezco con la realidad del inicio del curso de las guarderías y el terror cuando leo el número de profesores de los de aquí que empiezan a arrojar resultados positivos a las pruebas covid realizadas. Volvemos y lo hacemos sintiendo el virus más cerca. Miedo por la seguridad y preocupados por las consecuencias emocionales que lo necesariamente aséptico, tendrá en todos. Vuelta revuelta con nuevos planteamientos impuestos y con la evidencia de que son precisamente los colegios los que marcan los ritmos, de que son los niños los que pautan familias y sociedad. Volvemos a desmenuzar conceptos, a analizar políticas de los abanderados de la conciliación y a implorar medidas que casen con el excepcional momento. Indignadas con la falta de previsión y la consiguiente imposibilidad de que las familias preveamos. A vueltas con la conciliación y con las previsibles renuncias.

Y mientras, vuelve la vuelta, ahora, a destiempo y a deshoras, los sonidos y la locución del tour de fondo nos confunde. Suena a principio de verano, pero ahora pone sonido a la costura, mientras le sacamos el dobladillo al largo del uniforme. Esperemos que en la lucha contra el covid nos veamos a la tête de la course.

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