La vuelta olímpica

Francisco / Merino

Está vivo

30 de abril 2008 - 01:00

COMO sea y donde sea. Una victoria, ya. En Elche, para empezar. Y luego, en Jaén o donde se tercie. "Ganaremos cinco de los siete partidos que faltan", soltó ayer Julio Pineda, en una bravuconada que se agradece en tiempos de depresión. El ariete camero es de los que se comen el mundo en el césped y fuera. Su talante indomable, su optimismo crónico y sus andanadas verbales aliñaron otra jornada de análisis en frío, de propósitos de enmienda y de cuenta atrás hacia la siguiente final. El desafío es alcanzar lo que parece imposible. Nada nuevo en el Córdoba, históricamente habituado a dar capotazos al destino y a desenvolverse en situaciones al límite de la resistencia. En peores episodios se ha visto.

¿Se acuerdan de las dos temporadas seguidas en Segunda salvándose en la última jornada, con gestas en Getafe y Leganés? ¿Y de la hazaña inconclusa del año del cincuentenariazo? ¿Y del hundimiento previo al glorioso play off de ascenso del año pasado, con una milagrosa clasificación en el cuarteto cabecero de Segunda B por un favor ajeno? Pues eso, que ya está otra vez en medio del torbellino. Y vivo. Insisten en decirlo desde el propio equipo, que pese a su cadavérico aspecto tiene un corazón que late. Y grita, claro, porque duele mucho que a uno le practiquen la autopsia cuando todavía le queda aliento.

No están los tiempos en el Córdoba como para ir con caprichos. Ayer le cerraron El Arcángel y en el club parecía que habían ganado algo. Esperaban dos jornadas de clausura y fue sólo una. La sensación fue lo más parecido a un triunfo. Le faltan los que se logran en el campo. Donde sea y como sea. En Elche, para empezar.

stats