Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

El triunfo de Nadal

Me sumo a la petición de que se le conceda al tenista Rafa Nadal la Grandeza de España

Mi familia materna era una familia de tenistas. A mi madre, Pilar García de Sola la he visto ganar los singles dobles y mixtos, con varios hijos en el mundo y en el mismo campeonato. Aunque la estrella fue mi tía, María África, que ganó distintas pruebas en Argentina y que hubo de dejar el tenis por la herida que recibió en su brazo derecho, cuando la explosión de Cádiz en 1948. Sus hermanos, Paco y Juan, fueron tenistas estimables y mis primos Luis y Sancho y, también, sus hermanas María Africa y Pili, hijos de María África, ganaron un sinfín de campeonatos y hasta yo gané, alguna vez, con un recuerdo especial para el de dobles que gané con Pepe Joly, padre del editor de los periódicos del Grupo Joly. El Tenis de Cádiz, que ocupaba parte del vivero del Parque Genovés, era el lugar donde desde muy niños transcurrió nuestra infancia.

Este preámbulo me da alguna autoridad para comprender en toda su dimensión el éxito del tenista Nadal. Superar dos sets en contra ocurre muy pocas veces en el tenis. Además, lo normal es que se juegue al mejor de tres sets, porque solo en los grandes campeonatos, aunque mejor sería decir en los grandísimos como Roland Garros y la Copa Davis y otros pocos más, se disputan en cinco sets. Esto último exige un esfuerzo considerable, compuesto de capacidad física y concentración mental muy fuera de lo normal. Cualquier espectador en directo o en TV percibirá que no hay más descanso para los jugadores que al cambiar de sitio en la pista, que pueden sentarse y secarse el sudor por un par de minutos. Y el partido dura cinco horas.

Un jerezano, Rafael Romero, y un sevillano, Enrique Tapia, han pedido que a Nadal se le conceda la Grandeza de España y, por si vale de algo, me sumo a la propuesta. Sabido es que esta dignidad se asocia a algunos de los títulos nobiliarios de duque, marqués, conde, pero también puede concederse sin necesidad de título alguno. Resulta que el monarca actual no ha hecho uso de esta concesión en los ocho años que lleva de reinado. Sería esta una buena ocasión para inaugurarla y la inmensa mayoría de los españoles estaría de acuerdo. Aunque tampoco pasa nada, si no la concede, porque en la conciencia de todos los españoles está la idea de que Rafael Nadal es un personaje grande de entre todos los españoles.

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