Las dos orillas
José Joaquín León
Sumar tiene una gran culpa
El Parlamento andaluz era la “excepción ibérica”. Sus señorías debatían, confrontaban, a veces alzaban la voz, se reían y aplaudían, pero no se faltaban al respeto. El ambiente político autonómico era una suerte de bálsamo para los ciudadanos, pero ahora parece que todo se ha roto; la podredumbre que rodea el Congreso y los escándalos de corrupción se contagian. También en el último Pleno del Ayuntamiento de Córdoba hubo comentarios fuera de tono. Es el momento de retratarse.
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