El poder de las canas

Pienso en lo que podría llegar a ser un partido de mayores que se presentara a unas elecciones generales

Charito tiene 99 años, es del pueblo madrileño de Patones y se vuelve a presentar a las elecciones municipales con su partido Abuelas por Patones. En las anteriores elecciones sacaron una concejal, ella misma, y en éstas pretenden sacar alguna más. Ánimo no le falta y a entusiasmo e ideas para mejorar las cosas en su pueblo, no le gana nadie. Sabe que lo tiene difícil, porque muchos de sus vecinos se las toman a choteo, pero les da lo mismo. Ahí están, Charito y sus colegas, empeñadas en sacar adelante un aparcamiento para turistas con cuyos ingresos quieren mejorar la residencia de ancianos del pueblo y ofrecer dentaduras gratis a los abuelos y abuelas de Patones. Leía la noticia, de la aspirante a alcaldesa más longeva de estas elecciones, cuando salieron los datos de la Estadística Continua de Población del INE (Instituto Nacional de Estadística) sobre la población española. Que ya somos 48 millones, dicen, y gracias a los inmigrantes. De depender solo de los nacionales, hace ya rato que seríamos un país de viejos, con una población a la baja. Los que vienen de fuera son más jóvenes y además tienen más niños, así que poco a poco la pirámide se está invirtiendo. Nos ganan por goleada salvo en el tramo de los mayores de 65 años ¿Y eso? Hay pocos mayores entre los inmigrantes, pero, además, los datos del INE dicen que nuestro país cuenta con 9,7 millones de personas de más de 65 años, el 20,1% de la población. Cifra que irá subiendo en los próximos años puesto que ya han empezado a jubilarse la generación de los llamados babyboomers, los nacidos entre 1957 y 1977 (en ese período nacieron en nuestro país 14 millones de niños, un boom demográfico fruto del desarrollo económico de los sesenta). De esta generación hay ya 7,5 millones de jubilados o en expectativa de jubilarse. Muchos, para no ser tomados en cuenta. El poder de las canas empieza a ser determinante en unas elecciones. Tienen tiempo, ideas claras, ganas de reunirse, manifestarse, sacarle los colores a cualquiera que se le ponga por delante, y cada vez están en mejor forma. Por eso mismo no hay programa político en el que no aparezcan, dados los votos que aportan. Volviendo a Charito y sus Abuelas por Patones pensaba en lo que podría llegar a ser un partido de mayores que se presentara a unas elecciones generales. Con casi diez millones de colegas, si se ponen a ello, podrían llegar a decidir el destino del país. Ha habido algún intento, pero nunca como hasta ahora han sido tantos, y van a más ¿Se imaginan?

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