La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

No nos pidan que hagamos el indio

¡Que no cunda el ejemplo! Un concejal de Sevilla pide que haya flamencas por la calle los días de Feria... sin Feria

Uno sabe que con cierta frecuencia toca sufrir con telediarios que informan de terremotos, accidentes de tráfico con víctimas mortales, incendios forestales que arrasan parajes que son riquezas naturales, edificios envueltos en llamas, inundaciones que obligan a los vecinos a achicar el agua... La existencia va ligada al sufrimiento. Eso está asumido, de ahí el consejo manido que anima a apurar los buenos momentos. Andalucía sufre la segunda primavera con restricciones, lo que mina tanto el ánimo como la economía. Aceptamos la pandemia como tiempo que nos ha tocado soportar como a nuestros antepasados hubieron de superar cóleras, pestes diversas y guerras. Hemos pasado de la España que recibe 82 millones de turistas en un año a la España del estado de alarma que nos encorseta. El problema no son las desgracias. Cada época tiene la suya. El infortunio es soportar gobernantes que nos equivocan cada cierto tiempo. Primero se ponen serios y nos aprietan las condiciones de vida y después dicen que hemos derrotado al virus. Cierran el país en primavera, lo reabren en verano. Apelan a la responsabilidad de los ciudadanos, nos piden que nos movamos lo imprescindible, pero nos ofrecen un cheque turístico para viajar con descuentos, la empresa estatal de Paradores saca sus ofertas y hasta reabren las estaciones de esquí. Quédense en casa, no se reúnan más de cuatro en el interior ni más de seis en el exterior, no viajen fuera de la provincia, suspendan las procesiones, las cabalgatas, las romerías, todas las fiestas populares, pero no dejan de convocar elecciones, vender etiquetas oficiales para que los negocios presuman de estar libres de Covid, autorizar parques infantiles en Navidad y hasta tenemos a un concejal del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sevilla que pide que las mujeres se vistan de flamenca y los señores de corto en los días de Feria... sin Feria. Confiamos en que no cunda el ejemplo, por aquello de que la de Sevilla es la primera gran feria del calendario. Solo pedimos a los gobernantes que no nos confundan más. Llevamos un año sufriendo indicaciones equívocas, mensajes contradictorios, rectificaciones por presiones de colectivos profesionales y hasta a un portavoz oficial que dejó de ser el vocero técnico para ejercer de comisario político. No nos hagan la vida más difícil. Solo la Ciencia nos ha dado una gran satisfacción al ofrecernos la primera vacuna en muy poco tiempo. Aprendan la lección, no tiren el dinero público en más chorradas. Si no hay fiestas, no hay trajes que valgan. Nos piden responsabilidad, pero después quieren que hagamos el indio.

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