Notas al margen
David Fernández
Menos papeleo para los funcionarios
La ciudad y los días
Acusar de racista la solidaridad con los ucranianos porque "son rubios y con los ojos azules" es infame. Prójimo o "persona respecto de otra, consideradas bajo el concepto de la solidaridad humana" (RAE) viene de proximus (más cercano). Es inevitable amar y compadecer más a los cercanos que a los lejanos. A una sensibilidad despierta todo sufrimiento humano le duele. Pero le hiere más el más cercano. Esto es cierto en lo personal y en lo colectivo.
La muerte de la madre de un amigo me hiere, y lloro con él la pérdida; pero la de mi madre me hiere más y ni mi dolor, ni mis lágrimas son como las suyas porque la pérdida es solo mía, los recuerdos son solo míos y la ausencia solo la viviré yo.
El atentado de las Torres Gemelas nos conmocionó a todos, pero los del 11-M en Madrid nos conmocionaron más pese a que en el primero murieron 3.000 personas y en el segundo 193. ¿Era falta de corazón, patrioterismo con trasfondo nacionalista y racista que solo sufre por lo suyo ignorando el sufrimiento ajeno, consideración de que unos muertos valen más que otros? No: era proximidad, esa sensación emocional consustancial a la naturaleza humana. En los atentados del 11-M fallecieron cerca de 50 inmigrantes y fueron sentidos como los nativos españoles. Entre las víctimas sobrevivientes, sus familias y las de los fallecidos había 775 inmigrantes de diferentes nacionalidades y razas para los que el Gobierno de Aznar dispuso un proceso de regularización extraordinaria pocas horas después de la masacre terrorista.
No es el color del pelo y los ojos lo que mueve más la solidaridad, sino la proximidad. "Cuanto más amo a la humanidad en general menos amo a las personas individualmente" dice un personaje de Dostoievski anticipando algo que se cumpliría en su país cuando lo gobernaron quienes, en nombre de la humanidad, estaban más que dispuestos a matar a millones de seres humanos. ¿Y los voluntarios de las ONG o los misioneros que lo abandonan todo para trabajar en países remotos? Movidos por un amor general, de raíz humanitaria y/o religiosa a la humanidad, lo han concretado viviendo entre quienes sufren, poniéndoles rostro y nombre, convirtiéndolos en sus prójimos/próximos. "El que no ama a su hermano, a quien ve, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ve?". Con la humanidad sucede lo mismo. ¡Cuántos crímenes se han cometido en nombre de la humanidad!
También te puede interesar
Notas al margen
David Fernández
Menos papeleo para los funcionarios
La Gloria de San Agustín
Rafalete ·
Todos con el turismo
Tribuna de opinión
Juan Luis Selma
Domingo de la Palabra
Gafas de cerca
Tacho Rufino
Relatando
Lo último