Todos están en la oposición

En este país nadie gobierna y todos se oponen a todo. Vivimos en una campaña electoral interminable

Es un fenómeno maravilloso. En este país nadie gobierna y todos se oponen a todo. Vivimos en una campaña electoral interminable. Pasan unas elecciones y ya están preparando las siguientes, zurrándose sin los 100 días de gracia. Si sucediera al revés (si gobernaran mucho y la campaña durase poco) quizás la cesta de la compra no estaría tan por las nubes, habría más empleo y la gente viviría mejor. Pero al Gobierno de Sánchez y sus socios sólo les importa que ellos y ellas vivan mejor. Así que todo se hace con la mirada puesta en el horizonte de las urnas, no se piensa en nada más.

En esta campaña perpetua todos ejercen como líderes de la oposición. En el caso de Alberto Núñez Feijóo es lo normal. Es el líder de la oposición propiamente dicha, ya que el PP no gobierna en España. Con la peculiaridad de que Feijóo se opone desde el Senado, ya que sustituyó a Pablo Casado de urgencias. Lo que no parece tan normal es que Feijóo a veces se haga la oposición él mismo, como le ha pasado con el aborto. Ni que Isabel Díaz-Ayuso le haga la oposición amiga a Feijóo, diciendo lo mismo que Vox en según qué asuntos.

Pero lo más admirable es que Pedro Sánchez también ejerce de líder de la oposición a Feijóo. Cuando resulta que es Pedro quien ostenta los honores de presidente del Gobierno. Para que no falte de nada, están los barones socialistas, como Emiliano García-Page y Javier Lambán, que le hacen oposición de salón a Pedro Sánchez, en una sedición de andar por casa.

Puestos a atacar, en el Gobierno también se hacen la oposición entre ellos todos los días. Vean el numerito que están dando con la Ley del sí es sí, mientras sueltan violadores un día sí y otro también. Es increíble que en este país hubiera tantos violadores en las cárceles. En el Gobierno, además, hacen campaña para que el 8-M griten consignas de unas contra otras. Y los socios que apoyaron este Gobierno, como ERC, el PNV y Bildu, los votan cuando les conviene, pero se oponen y se consideran socios abiertos al amor libre.

Una campaña que dura eternamente es más aburrida que una de 15 días. A lo peor, eso es lo que están buscando. Aburrir a la gente. Después dirán que hay desapego político y que las nuevas generaciones pasan de votar. Las nuevas generaciones están buscando empleo, piso, novia o novio, algo que comer, y no se distraen viendo los debates, ni las discusiones de los amigos y amigas para siempre que cobren.

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