Nunca se han despertado por culpa de una pesadilla unos minutos antes de que suene el despertador? Eso me ha ocurrido hoy. Verán, en mi sueño, el presidente Obama había agotado sus dos mandatos posibles. Y nada menos que Hillary Clinton, su anterior rival en las primarias demócratas, había ganado la nominación. Lo peor es que al final Barack era sustituido por un millonario norteamericano venido a menos, racista, machista, que había ganado la nominación republicana riéndose de sus rivales y hasta del propio John McCain por haber sido prisionero en la guerra de Vietnam. Había hecho una campaña populista, jactándose de no pagar impuestos, apelando a los más bajos instintos, prometiendo devolver la grandeza a los EEUU y de paso devolver a millones de mexicanos a su país. Levantar un muro de tres mil kilómetros y renunciar al compromiso del acuerdo sobre el clima de París.

La verdad es que la noche del martes al miércoles siguiente al primer lunes de noviembre dormí poco. Un par de webs norteamericanas, canales de televisión, CNN, Fox y NBC y una emisora de radio para las pausas de nicotina. Twitter poco. A medida que pasaban las horas, los estados se iban tiñendo de rojo. El colchón de la Costa Oeste dejaba de ser suficiente y cada recuento terminaba cayendo del lado oscuro. No hubo que esperar demasiado para que el olfato te avisase de aquello pintaba mal.

Al despertar el cielo estaba nublado. Puse la cafetera aún algo incrédulo y preparé a Joaquín para ir al cole. Había quedado con amigos y eso era muy bueno porque sabía que amortiguarían mi preocupación, que era y sigue siendo seria. Desde entonces no he parado, imagino que al igual que ustedes, de escuchar sesudos análisis del porqué. Hombres mayores blancos sin formación y sin empleo… Castigo al establishment… Mala candidata…

Me transporté ocho años atrás. Recuerdo que mi salón tenía otra disposición. Agarré una gran bolsa de pipas y disfruté como un crío con la llegada del primer presidente afroamericano a la Casa Blanca. Había seguido las primarias contra Hillary, los debates con McCain entre concierto y concierto de aquellas eutopías donde mezclábamos a los artistas cordobeses con creadores de todo el mundo. Por entonces uno tenía la estúpida sensación de que todo iría a mejor. Hoy, todo optimismo representa un sobre esfuerzo, un acto de fe, casi una militancia. Nos queda el beneficio de la duda. No hará todo lo que ha dicho… Hace unos días hablaba con un amigo de la incertidumbre como una clave de este tiempo.

Para rematar la semana, muere Leonard Cohen. Pero eso es harina de otra rayuela. Como él mismo escribió, "los grandes pasan".

https://www.youtube.com/watch?v=7HT1SLvTaw8

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios