Mensaje en la botella

La lógica de la logística (II)

El proyecto de El Alamo tiene buena pinta; ojalá que las elecciones no lo demoren

Pues parece que empezamos a tener un plan. Hace seis meses, titulé este artículo dominical de la misma manera que lo hago hoy, por lo que podría decirse que se trata de una continuación de aquel. Fue en mayo y, en resumidas cuentas, venía a decir que de logística andábamos por Córdoba un tanto escasos y con falta de voluntad. Sin embargo, la semana que se cierra hoy podría considerarse excepcional no sólo por las cuestiones de política -que también- sino porque transmite ciertas sensaciones que por desgracia no han sido muy comunes por estas tierras. Abrió el fuego el lunes la alcaldesa, Isabel Ambrosio, a la hora de exigir -más vale tarde que nunca- que los corredores ferroviarios que unen el sur de Europa con el centro del continente tengan en cuenta la posición estratégica de Córdoba. Dice nuestra regidora que la mejora de los ramales Atlántico y Mediterráneo no se pueden retrasar, sobre todo porque hay comunidades que sí están haciendo sus deberes para que se acelere el tramo del Levante. Al final, de lo que se trata es de posicionar a Córdoba de manera que se tenga en cuenta para proyectos futuros, sobre todo los relacionados con la logística.

Sólo unos días más tarde, el presidente de la Gerencia de Urbanismo, Pedro García, presentó a bombo y platillo una iniciativa empresarial de calado, también relacionada con la logística, con la que se pretende urbanizar más de 455.000 metros cuadrados en la zona de El Álamo, con una inversión de 12 millones y con la intención de poner en el mercado suelo que pueda ser aprovechable por las empresas de distribución. Aventurar el éxito de ambas iniciativas es arriesgado, pero al menos da la sensación de que se empieza a mirar a un sector que hasta el momento no ha sido excesivamente atractivo para nuestros dirigentes, ni tampoco -la verdad sea dicha- para muchos empresarios. Lo cierto es que hablar medianamente en serio de logística en Córdoba en los últimos años no ha sido muy habitual, aunque para ser justos sí se han levantado voces al respecto por parte del presidente de la Confederación de Empresarios, Antonio Díaz, y del concejal y diputado provincial José Luis Vilches. Que un servidor recuerde, son de los pocos que cuando han tenido ocasión se han manifestado con propiedad.

Pero no es cuestión ni de reproches ni de aplausos. Sea por lo que fuere, lo cierto es que para que este tipo de iniciativas lleguen a consolidarse necesitamos de eso que tanto se habla a veces a la ligera, como es la colaboración público-privada. Las administraciones tienen que hacer más, cierto, pero deben tener detrás a unos agentes sociales que reclamen y apuesten por la logística. El proyecto de El Álamo tiene buena pinta, puede ser el primero de algunos más, así que no queda más que ayudar entre todos para que salga adelante y rezar para que las elecciones, sean las que sean, no lo demoren. Apliquemos la lógica, por favor.

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