De la leyenda negra

Recomiendo 'España, la última globalización'. No es malo sentir orgullo de la propia naturaleza

Don Miguel de Cervantes, casi al final de la segunda parte de su portentosa novela, narra los términos del testamento del caballero manchego don Alonso Quijano y hace albaceas de su voluntad al cura y al bachiller Sansón Carrasco, a quienes sitúa mucho antes; en el capítulo VI de la primera parte; haciendo expurgo de su nutrida biblioteca, de cuyos títulos deja, no sólo clara memoria, sino también decidida opinión, de manera que, un cierto número y por considerarlos de algún modo causantes o coadyuvantes de la pérdida de razón que sufrió don Quijote, los envía por boca y mano de los dichos luego albaceas, al fuego purificador, sin contemplaciones y sin cargo alguno de conciencia. Llega en su enumeración, no obstante, a nombrar una de las obras del médico y poeta de Lucena, don Luis Barahona de Soto, libro que "ya tenía abierto el barbero, que se llamaba Las lágrimas de Angélica -Lloráralas yo -dijo el cura en oyendo el nombre- si tal libro hubiera mandado quemar, porque su autor fue uno de los famosos poetas del mundo, no sólo de España".

Viene al caso la afirmación del cura, porque así, de este autor Cervantes subraya la extensión de su fama estableciendo distinciones geográficas al destacar su conocimiento en el mundo y no solamente en España. Claro está que en el tiempo en que don Miguel redacta su obra inmortal, el mundo, gobernado por el segundo de los Felipes, era menor en extensión que los dominios del imperio español, por eso era hasta apropiado que subrayase la fama de su autor que formó parte del parnaso antequerano de poetas, que fueron clara luz de las letras hispánicas, en el Renacimiento literario de Andalucía.

Hace pocas fechas fui al cine a ver un magnífico documental titulado España, la primera globalización, en el que se muestra la grandeza, no sólo territorial sino también cultural, que llegó a tener España, nuestro país, este mismo al que tanto gusta denostar a algunos zopencos de sus hijos, que los tiene asimismo… Se trata de una cinta muy bien construida y dirigida por José Luis López-Linares y en la que intervienen prestigiosos profesores de muy distintas instituciones internacionales académicas y universitarias, en el que se desacreditan, científicamente, las mentiras propiciadas por la difusión propagandística de otras potencias menores europeas del siglo XVI, la denominada leyenda negra.De vez en cuando no es malo sentir orgullo de la propia naturaleza y no se olvida de dónde se viene, para decidir con conocimiento a donde se quiere ir. ¿O no?

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