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A la sombra ?de los olmos
Ver la imágenes de niños inocentes asesinados en brazos de mayores que corren pidiendo ayuda sanitaria o verlos hambrientos en Gaza por la barbarie de Netanyahu parte el alma a cualquier persona que tenga un mínimo de sensibilidad. Sin embargo, vemos las imágenes y seguimos con nuestra vida que mayoritariamente se orienta a pasarlo bien como si nada de eso fuera cierto.
Parece como si la pandemia de Covid-19, la guerra en Ucrania por la invasión de Rusia, el apagón o cualquier asunto con impacto global solo sirviera para reforzar la insensibilidad y el desapego hacia los daños colectivos y las muertes de personas inocentes.
En este tipo de catástrofes, las posiciones egoístas e insolidarias ganan espacio y aumentan la insensibilidad del conjunto de la sociedad haciendo bueno el famoso dicho de “sálvese quien pueda”.
Lo lamentable es que podemos comprobar que los responsables de las instituciones públicas, incluidos quienes juegan a una oposición sin otro norte que el “no” a todo, no son capaces de articular posiciones constructivas que generen bases sólidas para una convivencia en democracia.
Da la impresión que ante este tipo de situaciones tan extremas sea referiendose a las bombas, las guerras, la Dana, la inmigración, las pensiones o la sanidad para toda la sociedad, surgen los posicionamientos insolidarios e insensibles que ponen en riesgo la cohesión social.
Me niego a aceptar que esto sea algo inevitable y es por eso que pienso que cada persona tiene la capacidad de poner el grito en el cielo diciendo alto y claro “basta ya” y reclamando a los responsables de las instituciones públicas que no sean insensibles ante tanto desastre.
Parte de la explicación sobre el descrédito de las acciones y las iniciativas de las políticas públicas se debe a la falta de empatía con las preocupaciones de la gente y la ausencia de respuestas a los problemas reales.
Fomenten la solidaridad, la empatía con las personas desfavorecidas y el respeto a los derechos humanos en cualquier lugar del mundo donde sean pisoteados. Y la solidaridad entre todas las personas y generaciones. Creo que ese es mejor camino.
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