¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Un nuevo héroe nacional (quizás a su pesar)
LA Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Córdoba debatirá hoy si da marcha atrás en su decisión de que las hermandades hagan pública demostración de su rechazo al aborto luciendo lazos blancos en sus próximas salidas procesionales. Ya se habían negadocon anterioridad a adherirse a la campaña los órganos representativos de las hermandades de Sevilla y Cádiz. La anunciada reforma de la vigente normativa sobre la interrupción voluntaria del embarazo, con la que el Gobierno pretende implantar una ley de plazos, más permisiva, ha sido considerada oficialmente por la jerarquía de la Iglesia católica como una agresión contra la que planea movilizarse. Hemos de decir que los católicos están en su perfecto derecho, elemental por otra parte, de posicionarse abiertamente contrarios a la reforma, subrayando una doctrina tradicional que considera el aborto como un aberración y un atentado al derecho a la vida. No hay nada que objetar al ejercicio democrático de la libertad de expresión, en éste como en cualesquiera otros asuntos sometidos al debate y la confrontación pacífica. No obstante, las hermandades, conscientes de su función netamente religiosa y del pluralismo presente en su base social, han optado por desligar esta reivindicación, inesquivable, de las manifestaciones externas de su fe que se desarrollan en las procesiones que constituyen uno de los ejes de la inminente Semana Santa, que atraen a toda clase de ciudadanos. Sin hacer dejación de sus responsabilidades ni abdicar de sus convicciones, hermandades y cofradías han optado por una solución prudente al conflicto planteado por el Gobierno legítimo de la nación: no adoptar colectivamente una postura de abierta oposición y dejar al criterio de cada cual la posibilidad de portar los lazos aludidos o, en su defecto, reafirmar la posición conocida y, ya decimos, inequívoca de rechazo total a las prácticas abortivas. Es obvio, por otra parte, que las autoridades civiles propensas a participar en las manifestaciones externas de la fe católica habrán de adaptarse a lo que libremente decida cada cofradía en su ciudad o pueblo. Se trata de convivir con tolerancia y sin rendición de nadie.
También te puede interesar
¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Un nuevo héroe nacional (quizás a su pesar)
Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Qué bostezo
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Pablo y Pedro
La Rayuela
Lola Quero
Lo parasocial
Lo último