Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Ultramar
Crónica levantisca
Aexcepción del CIS de José Félix Tezanos, todos los sondeos auguran la victoria de Pablo Casado en las próximas elecciones generales, tanto que algunos consideran irreversible esta ola conservadora en la que el PP, apoyado en Vox, llenará la mitad del Congreso de los Diputados hasta alcanzar La Moncloa. En este instante, esto es así, el deterioro o la recuperación de Casado sólo infla o desinfla a Vox, no hay voto desde el centro-derecha hacia el PSOE.
A Pedro Sánchez le restan dos años que pueden ser de recuperación económica, por lo que cabe tomar precauciones antes de dar al PP por vencedor, pero el Covid se está mostrando más persistente de lo previsto, por lo que la velocidad de crecimiento va a ser lenta y su repercusión en el ánimo ciudadanos, aún más. Sin embargo, lo que lastra al PSOE son sus socios, ERC y Bildu son dañinos para el partido, le permiten gobernar, pero horada el compromiso del presidente con el interés general del país.
La polémica del colegial de Canet no pasa desapercibida, detrás del gran apoyo que Vox tiene en los sondeos se encuentra un nacionalismo español que ya no tolera el poder del que han gozado los independentistas catalanes en la gobernación de España. Antes como nacionalistas, hoy como independentista. Otro de los socios, Sortu, que está integrado en Bildu, recibía con pancartas y como un héroe a Mikel Antza este martes antes de que quien fuese jefe político de ETA declarase en un juzgado por el asesinato de Gregorio Ordóñez. Esto sería intolerable en cualquier situación, pero a un Gobierno débil lo deteriora más, tanto Otegi como Rufián arrancan puntos de apoyo a al PSOE en cada una de sus numerosas intervenciones.
La ola conservadora viene de lejos, no está motivada por las alianzas del Gobierno con los enemigos de España -esta nominación no es una hipérbole, se consideran así-, pero los sucesos de 2017 en Cataluña desataron un nacionalismo español que comienza a expresarse como en algunos momentos dramáticos de la Transición. Más que liberal, Ciudadanos nace como reacción a la hegemonía nacionalista en Cataluña, y en eso sólo se diferencia de Vox en sus modos más democráticos, en que trata de no caer en los errores de aquellos a quienes tanto critica. Esta suerte de basta ya es la que mueve una ola que no es ventosa, su origen está en el fondo.
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