Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Sé que las cosas que nos ocupan, por mucho que sean atractivas, intensas, estupendas, no duran siempre. Se acaban. A veces abruptamente, aunque no sea lo deseable. Pero ocurre. Acabo de terminar una aventura larga que me ha llevado a descubrirme en facetas que antes ni siquiera sabía que existían y a descubrir infinidad de valores y capacidades en un montón de gente en quienes no habría reparado antes.
Sobre las facetas que me he descubierto no hablaré demasiado, que siempre hay que dejar algo para el autoconsumo. Sobre las capacidades y valores de los muchísimos ojos que he visto por esos mundos de Dios, empezando por el mundito más cercano, sí.
No señalaré a nadie en concreto. Se imponen razones de prudencia para no ubicar a ninguno en cualquier disparadero. Lo lógico sería, lo tengo claro, decir qué bueno aprendí de Fulanito o qué bien crecí con Menganita, pero no es país de unicornios éste. En esas circunstancias, prescindo de nombrar para evitar, en la medida de lo posible, que lo nombren.
Dicho lo cual, en pocas ocasiones he visto equipos tan entregados, tan preparados, tan voluntariosos cuando quizás faltaba confianza en las habilidades propias y, siempre, información precisa. Ser capaces de interpretar lo artificialmente inefable, soportando además cualquier juicio voluble, de continuo, de imposturas vacías, es un triple salto mortal permanente al que en la inmensa mayoría de las ocasiones han dado un resultado brillante.
Esto sirve para cualquier especialidad. En todas, competencia y competitividad: desde muy jóvenes con frescura y atrevimiento a más mayores con experiencia y recursos. Os podrán decir que no sois buenos en cualquier momento, no importa: solo es temporal. Sabed que sois mucho mejores. Eso es estructural. En la ecuación de lo que hacemos y lo que somos, que gane siempre lo que somos.
Entendedme, “al fin y al cabo, nada os debo; debeisme cuanto he sido. con mi dinero pago el lecho donde yago y la mansión que habito”. Ligero de equipaje. Liberado. Gracias.
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