La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La embestida de la fiera herida

El ‘que viene el lobo ultraderechista’ se dirige sobre todo a los socialistas críticos y los centristas

Cuesta trabajo pensar que aún haya quien, sin serlo, tema que le tilden de reaccionario o ultraderechista. Estas admoniciones no afectan, por supuesto, a quienes se manifiestan como tales. Se dirigen a quienes lo son, pero lo disimulan, y sobre todo a quienes no lo son, pero temen ser tachados de serlo: al votante de la derecha democrática con complejo y al liberal-progresista que, tras los hundimientos de UPyD y Ciudadanos (especialmente grave el de la primera, la más inteligente propuesta progresista adecuada al siglo XXI), se debaten entre votar al PP más liberal (en el sentido gaditano, no en el trumpiano) o al PSOE más socialdemócrata. Necesitado el PP de Vox para formar gobiernos y habiéndolo formado el PSOE con Unidas Podemos apoyado por Bildu y por ERC, el votante centrista, progresista y liberal se ha quedado sin papeleta que introducir en la urna. Es a él, sobre todo, a quien se pretende asustar con el lobo de la ultraderecha y los reaccionarios (temor que puede alentar el error de Feijóo al asumir el “Sánchez o España” de Ayuso). Y de paso a los votantes del PSOE antisanchistas disgustados por el cogobierno con la ultraizquierda populista y los pactos con Bildu y ERC.

Eso explica el ridículo espectáculo de la repetición de las consignas urdidas desde Moncloa: un aluvión de ministros repitiendo como loros lo del peligro reaccionario y ultraderechista, y metiendo en el mismo saco al PP y Vox. Se dice reaccionario y el eco repite carca, retrógrado, enemigo del progreso social, mantenedor de añejos privilegios y alérgico a la igualdad. El eco de ultraderechista es más dañino porque lo que repite es fascista, palabra con todo fundamento maldita por objetivas razones históricas de las que, curiosamente, se siente exonerada la palabra comunista, aunque razones históricas igualmente objetivas también la debieran hacer maldita pese a la deriva eurocomunista y al muy de agradecer servicio prestado a nuestra transición por el PCE de Carrillo (el reciente libro de Guillermo Gortázar El secreto de Franco–Renacimiento– que me recomienda un amigo libre de toda sospecha revisionista aporta, por cierto, testimonios sorprendentes sobre el harakiri del Régimen en 1976). Habrá que ver el efecto que tenga sobre los suyos más críticos con el sanchismo y los centristas más indecisos este “que viene el lobo reaccionario y ultraderechista”. La embestida más peligrosa es la de la fiera herida.

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