De reojo

Ángela Alba

aalba@eldiadecordoba.com

El duelo

El Gobierno municipal ha sido incapaz de reconocer a Miguel Amate, figura clave del Carnaval de Córdoba

El Carnaval de Córdoba comenzó anoche en pleno duelo por la pérdida de Miguel Amate, uno de sus autores más laureados y una persona muy querida dentro y fuera de las tablas. La muestra de esa admiración que en esta ciudad hay y seguirá habiendo hacia el conocido como Niño de la Piedra Escrita es el multitudinario funeral que se celebró el pasado sábado en la iglesia de Santa Marina, donde cientos de personas (familia, amigos y carnavaleros) le dieron su último adiós.

El duelo es pena y recuerdo, es la desazón que surge al saber que no vas a volver a ver al ser querido y es un sentimiento de impotencia por la pérdida. Córdoba está de luto porque ha despedido a uno de sus poetas. Sí, poeta. Porque no solo merece ese nombre el que publica poemarios o el que hace recitales. Hay poetas que escriben letras para cantar, coplas que reflejan sus inquietudes, en las que denuncian las injusticias o en las que alaban a su ciudad y su gente. Versos que luego se interpretan sobre las tablas de un teatro y que pueden llegar a calar hasta lo más profundo del alma.

El Carnaval está de luto porque ha perdido a uno de los suyos, a un autor imprescindible que ha sido guía para muchos otros carnavaleros, que revitalizó la fiesta y que incluso se atrevió a presentarse en el Concurso de Cádiz, codeándose con los favoritos, en una época en la que no era lo normal que un grupo de fuera llegara a semifinales. Y quién conozca un poco la fiesta gaditana sabrá de lo que hablo.

Sería imposible mencionar en este artículo todo lo que Miguel Amate ha hecho por el Carnaval cordobés y lo que ha supuesto para él. Sin embargo, han pasado cinco días de su pérdida y aún no ha habido (ya sería ridículo hacerla) ninguna declaración institucional sobre su fallecimiento. Estoy segura de que a su familia, y sobre todo a su mujer, compañera de vida y apoyo del genio de la Piedra Escrita, no le hace falta que ningún político le muestre sus condolencias. Desconozco si ha habido un pésame a nivel privado, pero lo cierto es que la fiesta ha perdido a uno de sus personajes insignes y el Gobierno municipal ha sido incapaz de enviar ni tan solo una breve nota a los medios de comunicación para reconocer a esta figura clave del Carnaval cordobés. Como dije al principio, no solo es poeta el que publica poemarios y esta fiesta ni es vulgar ni mucho menos es de unos pocos.

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